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Festival Pal Norte 2018: Un resumen

La Zona Sucia estuvo presente en Pal Norte 2018 y desde nuestras redes sociales pudiste seguir nuestra cobertura. Acá te presentamos un resumen de los dos días del festival.

La Zona Sucia estuvo presente en Pal Norte 2018 y desde nuestras redes sociales te llevamos toda la cobertura. Acá te presentamos un resumen de los dos días del festival.

Por: Homero Ontiveros

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Foto: Gustavo Torres

Día 1

  • En general hubo una sensación de que el sistema de audio estaba un poco bajo. Mucha gente comentaba que sentía que hacía falta más volumen. Esto también pudo ser por la cantidad de gente congregada.
  • Rey Pila fue un claro ejemplo de que un productor no es quien hace al grupo. Abrieron el festival pero no pasó nada.
  • Jonáz y Camilo VII recibieron buena respuesta del público, que, aunque apenas iba llegando, estaba animado. Ambas bandas sonaron bien, cada una en su estilo, pero no hubo sobresaltos.
  • El rock comenzó con The Last Internationale. Gran fuerza la de esta banda. Sin duda merecía más atención y fue una de las gratas sorpresas de este festival aunque a muchos les pasó de noche.
  • Natalia Lafourcade sigue siendo la más arriesgada, para empezar porque su música no es precisamente para festivales, y sin embargo siempre sale librada con creces. Puede no gustar a algunos pero el talento es innegable.
  • Richard Ashcroft estuvo excelso, sonó firme y propio. La muestra de cuando se hacen las cosas con una buena dosis de calidad. No está tan en el radar, pero vale la pena escucharlo en vivo.
  • Fobia mezcló clásicos con canciones más recientes. No sé qué le pasa a la banda pero, aunque son los músicos originales, salvo Jay, ya no suenan igual, suenan delgados. En esta ocasión el sonido tampoco les ayudó, por momentos sonaba muy bajo. Aún así se agradece que tocaran canciones viejas.

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  • El primer grupo sorpresa fueron los colombianos de Bacilos. Es increíble cómo la gente joven se sabe muy bien sus canciones clásicas. Es de llamar la atención que esto del grupo sorpresa ya se volvió un elemento fundamental del festival.
  • Zoe suena muy bien en vivo, se puede disfrutar, pero nada más allá. No hubo nada sobresaliente más allá de que siguen siendo una banda con mucho arrastre.
  • Franz Ferdinand suenan impecable, su ejecución es muy buena y la actitud de ellos contagia. Lo malo es que fue difícil verlos, tenías que limitarte a escucharlos porque era demasiada la gente e imposible acceder a un buen lugar. El escenario donde se presentaron estuvo mal diseñado, la gente queda como encerrada y se hace una ligera loma que no permite ver bien de cualquier lugar.
  • El segundo grupo sorpresa fueron los Kumbia Kings con Cruz Martínez, o lo que era KK. En Monterrey todos conocemos su música.
  • Los Auténticos Decadentes armaron la fiesta, como siempre. La gente en realidad disfruta verlos, parece que con ellos es donde se veían más personas saltando. Casi podríamos decir que ya son de casa.
  • Muse suena mucho mejor en vivo que en sus discos, al menos no tan producidos. Tienen mucha fuerza y el sonido el poderoso. El show, acompañado de una cámara que en todo momento los seguía, estuvo basado en la fuerza de las canciones. La gente, como es de esperar, respondió completamente a lo que ellos transmitían.

Día 2

  • La presentación de Sabino fue sobresaliente. Al inicio tuvo problemas con la batería, pero quedó solucionado rápido. La gente conoce muy bien algunas de sus canciones y eso hizo que la respuesta fuera muy buena a pesar de ser muy temprano y el sol ya calaba. Al final subió Lng/Sht y cantaron una canción donde critican a la vieja escuela del rap.
  • La Vida Boheme es una de las mejores bandas de Latinoamérica, su disco La lucha fue elegido por La Zona Sucia como el mejor de 2017, y, sin embargo, a la hora de tocar había muy poca gente con ellos. Sonaron fuerte y precisos, con calidad. Al final de su actuación ya había más gente, aún así no era la suficiente para una banda que tampoco merecía este horario.
  • Cuando un músico sabe hablar a través de su instrumento, no es necesario que haga tanto show para llamar la atención. Eso pasó con Paté de Fua, quienes al inicio tenían poco público y poco a poco fueron atrayendo a más personas gracias a su música. Al final terminaron con la gente a su favor brincando y bailando sus canciones. La banda sonó perfectamente balanceada, es un gozo escucharlos.
  • El Gran Silencio logró convocar a una gran cantidad de gente con ellos a pesar de ser apenas las 3 pm. Cuando comenzaron lo hicieron con la fuera de un huracán que no se detuvo sino hasta el final de su presentación. Mostraron una vez más ser una banda con gran arrastre sin importar la hora que sea. La gente les respondió a cada una de las canciones a pesar del fuerte sol.
  • Monsieur Periné es un casi similar al de Paté de Fua, gracias al riesgo que toman en su música logran el reconocimiento de los presentes. Catalina García, su vocalista, tiene un desenvolvimiento escénico imponente. Con su mezcla entre música tradicional, el uso del folclor fusionado con sonidos más actuales, les ha ganado reconocimiento. Su paso por el festival fue firme.
  • Para cuando División Minúscula salió al escenario, el espacio ya se encontraba lleno. Mucha gente acudió a verlos, esto también tomando en cuenta que en los otros escenarios había propuestas mucho muy alejadas con el rock. División son como de casa y así fueron recibidos. La banda sigue sonando fuerte y así lo transmiten.
  • En el PalNorte se ha hecho costumbre que en algún momento del festival el line-up tiene un giro en donde las propuestas son en el terreno de la electrónica o música urbana en los escenarios principales. Así ocurrió con Don Diablo y Farruko, antecedidos por Morat, que aunque están dentro del pop, si toma cierta distancia con los demás grupos del cartel. Sin embargo en festival muestra que hay público para todos porque todos ellos fueron bien recibidos por el público. No hay queja.
  • La primera sorpresa fue la aparición de Garibaldi, pero esa sorpresa fue porque la reacción del público fue un tanto indiferente. Realmente la gente no respondió ni con «La ventanita».
  • Bunbury comenzó con un par de canciones de su reciente disco Expectativas. Fue de los que mejor sonó y el tener un nutrido grupo de seguidores hizo que su presentación fuera de las más ovacionadas. Cuando cantó «Parecemos tontos» lanzó un «¿estás escuchando Peña Nieto?, a lo que todos respondieron con aplausos y gritos. Se dio libertad de tocar un par de temas de la época de Héroes del Silencio -«Héroe de leyenda» y «Maldito Duende»- con arreglos actualizados. Una actuación redonda la del español y sonando con la fuerza necesaria. Su banda suena muy bien en vivo y aquí no fue la excepción.

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  • Si el día anterior Los Auténticos Decadentes hicieron la fiesta, en esta segunda jornada lo hizo Panteón Rococó. Con ellos estaba completamente lleno y fue uno de los actos con más energía pues la gente se la pasó brincando. Sonaron aguerridos y con un show que muestra los años de trayectoria al amoldarlo para un festival como éste. El incluir a Fede Caballero, músico regiomontano en la batería, les ha dado aún más energía. Al cantar La dosis perfecta, esta fue coreada incluso en otros escenarios donde no había grupo pero en las pantallas aparecían los panteones.
  • La segunda sorpresa fue «La Macarena», con Los del Río, y como es de esperarse la mayoría cantó y bailó un tema que sigue estando presente aún entre las nuevas generaciones. Al parecer causaron más sorpresa los artistas del primer día, que fueron Bacilos y Kumbia Kings.
  • Queens Of The Stone Age tenían una deuda pendiente con los regiomontanos. Cuando ocuparon el escenario había una gran cantidad de gente que ocupaba incluso una gran parte de la recta de la pista que conectaba ambos escenarios. Sin embargo el iniciar fue decepcionante porque el audio sonaba muy bajo, era más fuerte el rumor de la gente y eso no es lo que se espera de una banda como QOTSA. Probablemente por esta razón el público estaba congregado pero pasivo, no explotaba y estaba a la espera de que algo sucediera. Poco a poco el sonido mejoró y con ello la reacción de los presentes logrando terminar su actuación como se esperaba: sonando imponentes, fuerte y rasposo, como se espera de una banda de rock. La deuda quedó saldada. (Lee la reseña completa de Carlos Velázquez en este enlace)
  • Llama la atención que den el cierre del festival a un grupo nacional como Molotov, quien a pesar de ser una banda importante, no están bajo el reflector actualmente. Es decir, no algo nuevo o reciente en ellos. Aún así la apuesta es de reconocerse. El punto negativo es que para ese momento la gente ya está cansada y muchos decidieron irse después de QOTSA. Es cansado asistir a un festival de dos días, y más cuando hay que caminar de un escenario a otro.
  • El acomodo de los escenarios tuvo a favor que la gente ya no se concentró o estancó, en una sola zona, sino que hubo cierta fluidez entre los diversos escenarios. El punto en contra es que esto se volvió cansado e hizo que personas decidieran no ver a ciertos grupos por ya no querer caminar hasta el punto opuesto. Además, como ocurrió con Franz Ferdinand, la visibilidad fue pésima porque había un muro que dividía a dos escenarios y esto tapaba la vista, además de que se formaba una loma que dejaba sin visibilidad a quienes estaba atrás.
  • Será interesante ver qué sucede el próximo año porque queda claro que el lugar ya le quedó chico al festival, es demasiada la gente que asiste. También el daño al parque es visible. Además, hay que hacer una llamado fuerte a la Secretaría de Transporte, porque es un abuso los cobros de los taxis a la hora en que la mayoría sale del festival. Por otro lado, hay que reconocer que apenas en 6 años han logrado posicionarse como uno de los mejores del país y esto le viene bien en muchos sentidos a la ciudad. Propuestas musicales hay para todos, eso es lo que caracteriza el PalNorte, que es un festival para todos los gustos, no solo quienes gusten del rock y derivados. Fue placentero ver que acudían familias completas y, lo más importante: hubo saldo blanco. Esto no es simple si hablamos de que cada día hubo más de cien mil personas. ¿Qué sigue para el 2019? Esa es la expectativa.