COLUMNAS   

Árido Reino


La intensidad con que se ama que nos permite descubrir la cordura de nuestras humanidades o cosas existentes y presentidas

Patricia Butrón es una mujer de ideas ensortijadas, es responsable de las mareas que desata, puede amainar una tormenta con la mirada, hace despuntar la aurora; si adivina siempre acierta, sabe que la intensidad con la que ama puede ser una tranquila fogata o un devastador incendio.

OPINIÓN

Patricia Butrón es una mujer de ideas ensortijadas, es responsable de las mareas que desata, puede amainar una tormenta con la mirada, hace despuntar la aurora; si adivina siempre acierta, sabe que la intensidad con la que ama puede ser una tranquila fogata o un devastador incendio.

Por: Armando Alanís Pulido

patricia butrón1 – Patricia desata mareas

Patricia es una mujer de ideas ensortijadas (como sus cabellos), es responsable de las mareas que desata, puede amainar una tormenta con la mirada, hace despuntar la aurora; si adivina siempre acierta, sabe que la intensidad con la que ama puede ser una tranquila fogata o un devastador incendio. Patricia escribe y nos comparte esas pastillas coloridas del sueño; escribe y se compromete porque sabe que a veces los recuerdos no bastan para definir a alguien; escribe con una sutileza adorable; escribe y entonces fluye, se deja arrastrar por la corriente, su memoria vuela como gaviota en la playa y se propone recuperar la vida de la manera más fantásticamente imposible,de la manera más deliciosa, propone recuperar cosas.

2 – Cosas existentes y presentidas

¿Pensará quien escribe en los lectores? Quisiera pensar que no, que el acto automático es tan envolvente como un dictado que viene del interior del alma del autor y que esa obligación solo lo compromete a terminar a como de lugar la obra. Ya vendrá el tallereo, la corrección  el placer y hasta el arrepentimiento.

¿Pensará quien escribe en los lectores? Quisiera pensar que sí y que hay un cálculo como cinematográfico donde se prevén las reacciones del lector , donde se acomodan las escenas y los hechos para que tengan un efecto.

En ambos casos, apunta Alberto Manguel, se aprende sobre el mundo al re-imaginarlo y como lectores ejercemos la necesidad de sobrevivir gracias a la imaginación y por supuesto a la esperanza.

3 – ¿Quién entiende? ¿Quién cree?

En Memoria azul el primer beso aparece hasta la página 79 pero a lo largo de toda la historia la autora nos narra una verdad única: la del amor.

La protagonista (que se llama así: Amor) es alguien que no entiende nada, y para mí esa es la gran metáfora que le da sentido o mejor dicho es el sentido  propio de la novela; entonces me aventuro (románticamente) y aseguro que ese es el sentido de la vida; porque, ¿quién entiende algo cuando se enamora? ¿Quién entiende a los enamorados?, ¿Quién entiende al que ama o a quien nos ama? Nadie.

Quiero ilustrar esto con  lo siguiente: Wislawa Szymborska, la poeta polaca, escribe en su discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura que la inspiración nace de un “no sé”, y que esas dos palabritas están dotadas para el vuelo y que esa energía emanada de ese “no sé” agranda la vida en una dimensión que no cabe en nosotros mismos.

Creemos en el amor porque nunca estamos satisfechos, porque el amor desafiante de ideologías y consignas (que pueden ser complicadísimas o sencillisimas) conduce nuestras vidas y no podemos más que atenernos a las consecuencias.

Sucede, por ejemplo, como le sucede a ciertas almas descompensadas que piensan que lo real no les da el visto bueno, y que la opción es vivir alejados de la posibilidad de elegir simplemente porque no entendemos y que tal si creemos.

4 – Atinado destino (o hagamos una revolución)

Amor y Camila son huérfanas del amor de sus vidas, pero siempre lo están buscando, además siempre lo están escuchando. Si a sus madres se les negó el destino o los conjuros les cayeron encima, era porque ese era el destino conjurado que les tocaba. La autora nos pasea por sublimes atmósferas que nos van guiando, hacia el viaje en el que estamos viajando (ojo no hacia el destino). La historia se construye, a mi parecer, desde la duda (es decir desde el amor) y nos incluye, porque el amor en incluyente más que concluyente. Entonces dudamos como si estuviéramos enamorados y entendemos que lo estábamos, y que además estábamos predestinados a ser lectores de esta historia, por la simple y sencilla razón  de que  todo sufrimiento y todo goce modifica algo, pero conservándolo en lo esencial. Vamos, es una revolución, y en las revoluciones la resistencia, que es el sentido de las mismas y que la observamos en los personajes, nos hace ver cuáles son nuestras reales libertades.

Hoy no pertenecemos a los que desean que no cambie nada en el mundo, hoy insisto: (y pongo a la literatura como pretexto) Las cosas existentes y las cosas presentidas afirman la libertad creadora, y en Memoria azul Patricia es generosa, es amorosa y nos comparte su teoría amatoria. Aprendo de sus letras que la verdad, que lo único, es decir, que el amor, es una construcción en permanente reinvención; y acepto que algunas veces enamorado o des enamorado me he dejado llevar por ciertas engañosas apariencias que de momento me convenían (según mi corazón). Yo le agradezco que a través de esta complicadísima o sencillísima historia nos permita descubrir o conservar la cordura de nuestras humanidades. Para eso es la literatura o al menos es un buen pretexto.

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Patricia Butrón
Memoria azul
UANL, 2014