Rutas de canciones

Xoel López – Madrid y Buenos Aires

Hay un noséqué, que siempre ha unido a las capitales de España y la Argentina. Ya alguien lo había dicho antes: “No sé si es Baires o Madrid”.

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Hay un noséqué que une a las capitales de España y la Argentina. Ya alguien lo había dicho antes: “No sé si es Baires o Madrid”. Y entre las alturas de la Gran Vía y la Diagonal Norte hay una misma vibra que late en el horizonte.

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Hay un noséqué, que siempre ha unido a las capitales de España y la Argentina. Ya alguien lo había dicho antes: “No sé si es Baires o Madrid”. Y entre las alturas de la Gran Vía y la Diagonal Norte hay una misma vibra que late en el horizonte. Ya lo decían los madrileños de Vetusta Morla (agregando un toque mexicano a la ecuación): “En la Roma o en San Telmo, en Parla o en Malasaña se acuesta la misma historia, soñando con ser soñada”.

La historia recurrente es el latinoamericano haciendo la Europa, pero hay quienes viajan a la inversa. El cantautor español Xoel López es uno de ellos. Y en su hacer la América recorrió a partir de 2009 todo el continente, viajando de Argentina a Estados Unidos, y de Venezuela a Dominicana, pero siempre tomando como base la monumental Buenos Aires.

Así que no es de extrañar que su canto de amor por la capital porteña (parte de su álbum Atlántico, de 2012) tenga ese feelin’ nostálgico del viajero que evoca, sobre un vals à la “Sad-Eyed Lady of the Lowlands” de Dylan. Al final, Madrid sólo estaba a la vuelta de la esquina. En su regreso también le debía un tema a la capital española. Y saldó la cuenta en Sueños y pan, su disco más reciente, que reseñamos en La Zona Sucia. Eso si obviamos “El aire de Madrid”, de su banda Deluxe, que va por otra ruta.

“Tal vez fue por tu lluvia ausente, quizá tu noche encendida, pero crucé el Puente de los Franceses y ya jamás regresaría, Madrid de todas las suertes”, le dice a una, y a la otra le canta con aire gardeliano: “Buenos Aires querido, son tus aires de nuevos amores, como un loco perdido persiguiendo el olor de tus kioscos de flores”. Puro fervor urbano.

Por: José Juan Zapata