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Capicúa y Eva RapDiva: nuevas voces del rap portugués

Ambas abanderan un discurso feminista. Sin haber visitado México con anterioridad, Ana Matos Fernandes «Capicúa» y Eva Rap Diva se revelan como dos propuestas del rap portugués del que poco se escucha en en este lado del océano.

Ambas abanderan un discurso feminista. Sin haber visitado México con anterioridad, estas cantantes se revelan como dos propuestas del rap portugués del que pocas luces llegan por estas tierras. Se trata de Ana Matos Fernandes, de 36 años, alias “Capicúa” con formación como doctora en Sociología en Barcelona y discos como Medusa o Sereia Louca. Eva RapDiva, angoleña de origen y estudiante de Comunicación Social en Portugal, es una voz africana cuya dualidad geográfica impregna un sello especial a su música.

¿Si han tenido otra formación profesional por qué incursionar en el rap?

Eva: Yo comencé escuchando cassettes de rap de mi tío y de esa forma fue como empecé.

Capicúa: Yo me interesé primero en el graffitti, luego a empecé a conocer gente que lo hace como yo. Fui a las ferias de mi ciudad de hip hop, pero también de rap. Me gustaba escribir desde niña y cuando escuché rap fue una pasión progresiva que me ha dado mi profesión de una manera muy inesperada. Yo estudié Sociología en Barcelona, ha sido mi pasión de adolescente, pero nunca he dejado de hacerlo y el rap se hizo cada vez más serio en mi vida, más trabajo y he tenido que elegir como lo que me gustaba a mi hacer.

Eva: Yo estudio Comunicación Social. Pasé de Angola a Portugal. Estoy entre dos países.

En México nos cuesta conocer una cultura como África de la que no hay tanta migración

Capicúa: Lisboa es una ciudad muy africana porque la gente viene de las antiguas colonias y viven ahí. Lisboa es muy multicultural, es muy luminosa, mientras que en Oporto hay niebla.

Eva: Y gente que ha escapado de la guerra.

El tema migratorio que existe desde la humanidad misma, ustedes siendo migrantes, de Portugal.

Eva: Tiene que ver con la igualdad del mundo, parece que en México todo está bien, pero se tiene que salir para América y nosotros de Angola porque hay muchos problemas y tenemos que ir a otros países; todo es más difícil. Hay una mala distribución de la riqueza en el mundo.

Capicúa: Yo he ido a Barcelona como estudiante y Portugal es parte de la Unión Europea y no hay fronteras, ni necesidad de legalizar papeles. No me he sentido una migrante sino una estudiante internacional en una universidad que tiene gente de todo el mundo. No he tenido una experiencia con migración, pero sí de vivir en otro país, otro idioma. Barcelona es una ciudad para conocer otro idioma, donde vive gente de todas partes. El caso de Eva es distinto: sus padres son angoleños, pero creció en Portugal, se fue a vivir a Angola, su cultura y familia están ahí, pero no es que vaya a otro lugar donde no haya una conexión cultural o afectiva. En nuestra experiencia no somos migrantes, pero es muy importante no solo aquí sino en América del Norte ese tránsito, pero también en Europa porque se ha hecho una fortaleza que debería ser más solidaria con los que más necesitan. Tenemos un problema con los que vienen del Mediterráneo y están huyendo de la guerra, de la miseria. Europa ha intentado hacer un condominio cerrado.

Eva:Porque el mundo es de todos.

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Capicua / Foto: Cortesía FIL Guadalajara

Creo que sus canciones se nutren de una parte cultural, de unos países y otros y de su cultura

Eva: Creo que para nosotros la música no es solo entretenimiento. Hay que dar una opinión, un mensaje, dar una contribución para un mundo mejor.

Su estilo no es tan afín al rap anglosajón.

Capicúa: Intentamos adaptarlo al lenguaje hip hop para nuestra identidad local, acento, lengua. La música que escuchamos en nuestros países y lo usamos para poder viajar por todo el mundo y a la vez usar el hip hop como un modelo cultural.

Aquí en México tenemos un problema fuerte respecto a las mujeres, hay mucha violencia, feminicidios, mas no sé qué tanto esté protegida la mujer portuguesa.

Eva: En Angola tenemos varios problemas sobre las mujeres. Tenemos números muy elevados de muerte de parto. Muchos casos de mujeres que quieren abortar y no pueden legalmente, que lo hacen en malas condiciones. Se sufre mucha violencia doméstica, que es muy fuerte y mata a muchas. Hay una desigualdad social en que las mujeres tienen que hacer trabajos más peligrosos.

Capicúa: En Portugal tenemos problemas de desarrollo social, condiciones de seguridad. La violencia contra las mujeres es muy difícil de resolver, es un país pequeño pero que tiene tres mujeres muertas por mes en un país de seis millones, eso es muy significativo y siempre es la acusación de la víctima y no al agresor. Siempre ha sido una cultura muy patriarcal, machista que todavía es más dura con las mujeres, aunque sean víctimas de la violencia contra los hombres, aunque sean agresores.

¿Cómo contribuye el arte a que se contrarreste esa violencia?

Capicúa: La denuncia, el empoderamiento de la mujer, la divulgación de mensajes positivos y de motivación para las mujeres que no tienen que vivir en situaciones que no puedan hacer lo que les gusta. Que su autoestima no tenga que ver con la valoración masculina o colectiva, de desarrollar sus talentos. Es importante crear mujeres fuertes porque es más difícil serlo en el mundo para que las próximas generaciones no tengan las mismas dificultades que nosotras tenemos.