COLUMNAS   

Árido Reino


Discurre preciso y elegante el desgrane sucesivo y metódico del atropellamiento de las ideas, o rueda la pluma sobre el papel

El papel de Miguel Covarrubias como autor, traductor, promotor, impresor, maestro y editor, se ve enriquecido con sus reflexiones y ensayos publicados en la colección Papelería

OPINIÓN

Manual de técnicas para la investigación documental

Pocos escritores regiomontanos tan atrevidamente generosos como Miguel Covarrubias, quien, siguiendo una tradición que él mismo se impuso, paralelamente a la escritura de la poesía y la traducción de poetas alemanes y franceses, ha reunido sus reflexiones y sus ensayos en una colección “alterna” llamada Papelería y que registra a lo largo de 50 años (¡nada más 50!) seis libros: Papelería (1970), Olavide o Sade (1975), Nueva papelería (1978), Papelería en trámite (1997), Papelorio (2006) y Papeleta (2020).

¿Por qué atrevido? ¿Por qué generoso? Porque su amistad con las palabras la ha enlazado con la visualización de sus amigos artistas, entonces nos podremos dar cuenta en estos 51 ensayos que conforman el libro Papeleta que hay espacio para las mujeres y su obra. Escritoras, pintoras, escultoras, han sido consideradas por Covarrubias como parte de los creadores desde siempre y digo desde siempre porque resulta que el autor de estas papeletas desde hace más de medio siglo ha considerado que las autoras y autores, y las creadoras y los creadores artísticos regiomontanos tienen un papel (para ponernos en contexto) que hay que resaltar y destacar; y Covarrubias los describe.

Entonces Gerardo Cantú, Saskia Juárez, Julián Guajardo, Gloria Collado, Sergio Cordero, Carmen Alardín, Bertha Mónica Treviño, Andrés Huerta, Esther González, Sergio Villarreal entre otros conviven con Juan Gelman, con el Cid Campeador, con Gabriel Zaid o con Verlaine, o con las mujeres que participaron en la Revolución Francesa. En las autollamadas “breves ideas” de Covarrubias, con su maestría y elegancia, transforma formas rústicas, vertiginosas y efímeras en textos perdurables y necesarios para entender a la cultura que desde este árido reino se lleva a cabo en sus distintas manifestaciones.

Me parece que cometemos un serio error cuando igualamos los paisajes de Saskia con una reproducción fotográfica de nuestra región. Por la vía del menor esfuerzo, tendemos a ver en lugar de un par de ojos a una maquinita que todo lo transcribe visualmente. Una cámara siempre fiel. Pero no. Saskia no es una cámara siempre fiel. Saskia no transcribe servilmente.Saskia transfigura. ¿Cómo lo hace? Si nos basamos en un cuadro dedicado al Cerro de la Silla, notaremos, una vez más, el suave doblaje del ícono tradicional de la ciudad capital: los pliegues del cerro se suavizan y multiplican.

(Monumentos y retratos de Saskia o recuento de un medio siglo de pintura, págs. 231 y 232 fragmento)

La papeleta vuela sobre la cordillera de nuestros recuerdos.

Miguel Covarrubias, alpinista, ha llegado a la cumbre y se divisa el panorama:

Su paso por la UANL (es alguien que se formó en la universidad pero que también la formó), sus pasos alentadores hacia la verdad, su paso por la imprenta de gobierno y luego por la de Vallarta, por la Olivetti y la Remington, todos pasos ascendentes, siempre ascendentes, su visión para con las revistas Apolodionis, Deslinde, Armas y Letras, al menos la mitad del total de estas herramientas de difusión que forjaron el camino para que las letras del estado tuvieran ímpetu, fueron intervenidas directamente por Covarrubias.

¿Qué creen que llevaba el alpinista en su mochila? Paso a pasito es el único aquí que le ha dado el mejor sentido a la palabra traidor, y esto se entiende perfectamente, no hay que traducirlo.

Pregúntame

Otro ejercicio curioso que el curioso de Covarrubias rescata son los cuestionarios o las entrevistas. Las entrevistas y los cuestionarios son a mi parecer una de las mejores oportunidades para conocer a alguien; aparecen en este volumen cinco, todas importantes y  contestadas en el mismo nivel de profesionalismo de quien entiende que, si alguien se interesa en lo que piensas, sin pensarlo – es un decir- debes de ser claro y profundo y expresarte con honestidad. Desde una del periodista Daniel de la Fuente para el periódico El Norte, una realizada por sus nietos Santiago y María José (seguramente para un trabajo escolar) alguna otra para un medio electrónico, una más para un programa de televisión, y una con sus preferencias lectoras, en todas ellas Covarrubias revela su claridad y su trato con el lenguaje, que por sencillo, elegante, y que por elegante es sencillo y comprensible.

El peso del repaso

No cabe duda de que esta ciudad ha sido intervenida por Covarrubias, arquitecto de la cultura  que escribía desde la calle Arquitectos. Ahora lo hace desde la calle que lleva por nombre Kant, que para decirlo lo más claro (y confuso posible al mismo tiempo) también nació en Monterrey. Y es que el paso y el peso, es decir, el papel de MC como autor, traductor, promotor, impresor, maestro y editor, se ve enriquecido con estos papeles escritos en buen momento para destacar buenos momentos y que se le amontonan con los años. Con la buena fortuna de que están bien archivados y que han tenido buen trámite para llegar a los lectores.


Papeleta
Miguel Covarrubias
Aldus/CONARTE
2020