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Árido Reino


Pocas palabras en un ramo de flores son suficientes, o mil novecientos diez y nueve

Cada hombre tiene la edad de su espíritu. El haiku es la selfie que se toma el espíritu, y Eduardo, fotógrafo oportuno de los instantes irrepetibles, hace el click que rima con el sonido del corazón.

OPINIÓN

Poemas sintéticos

Hace cien años, José Juan Tablada, poeta que abriga con sus versos los latidos del corazón humano, introdujo el haiku en México y en la lengua española con su libro Poemas sintéticos. Un libro con treinta y siete haikus que fue publicado en Caracas Venezuela, por la editorial Bolívar. Tablada (1871-1945) fue un verdadero jardinero de la palabra, y qué mejor término si relacionamos en el ámbito de lo botánico a esta bella forma de expresión literaria  japonesa. Su relación con la naturaleza y con las estaciones del año precisa buenos jardineros; Eduardo Zambrano es uno de ellos y nos presenta en Pasa La voz (cuaderno de haikus) un pequeño homenaje y agradecimiento a Tablada con cuarenta y ocho  textos y un adendo acompañados de las hermosas ilustraciones de Laura Barocio.

Primavera, verano, otoño e invierno

Muchos maestros de la poesía han referido esta pequeña hechura japonesa para adentrar sobre todo a los niños en el mundo de las imágenes poéticas. Acertadamente la Universidad Autónoma de Nuevo León incluye este cuaderno en su serie infantil.

Zambrano, maestro de lo breve (que no de lo pequeño), profundiza y pasa la voz a través del espiritualismo contemplativo que se ejerce al escribir orientado al Oriente, y encuentra nidos aún en los lotes baldíos. Sin prisas ni compromisos se apresura despacio a demostrar que estamos hechos de nubes y de lluvia y de sol y de nieve, y busca esa pulsación que anuncia cosas imposibles. Es cierto, la poesía es otra forma de mirar lo mismo, pero Zambrano, en su viaje eterno  al “orienterior”, transforma sus secretos al contárnoslos con la simpleza de quien se aferra al rumor que lo recorre:

Sigue nevando
y ahora el mono de nieve
soy yo

Un viejo árbol torcido
y la nube viajera
algo se dicen

Cesa la lluvia
Se asoman las montañas
Ya no hace frío

La vida
poco menos que nada
es un secreto a voces

Pasa la voz

Eduardo es un artesano de las palabras, un hombre que baña su alma libre y serena en la luz de los espacios, y se dispone, en tres versos bien peinados que suman diecisiete silabas, a darle la bienvenida al mundo redescubierto desde el jardín abandonado de los recuerdos. Lenguaje concebido por puro gusto que no busca la opulencia (aunque esta forma literaria contrario a lo que parezca termina siendo eso) cargado eso si, de un ideal de esencialidad al que ya nos tiene acostumbrados. Pasen la voz: la poesía como hace cien años está de moda (y hace cien años alguien dijo lo mismo), entonces leamos porque hay que estar a la moda.

Selfie con luna

Cada hombre tiene la edad de su espíritu. El haiku es la selfie que se toma el espíritu, y Eduardo, fotógrafo oportuno de los instantes irrepetibles, hace el click que rima con el sonido del corazón. Esta vez está muy cercano a sus lectores porque se alejó mucho (fue hasta Japón, viajo al pasado). Las palabras sencillas y a la vez exuberantes son las estaciones del año y de la vida, que la pluma de uno de nuestros poetas más queridos resume en los tiempos en que la sencillez es más que urgente y necesaria, porque sencillamente Zambrano sabe que un haiku puede ser tan grande y profundo como lo que sentimos.


Eduardo Zambrano
Pasa la voz (cuaderno de haikus)
Ilustraciones de Laura Barocio
UANL
2019