En este playlist compilamos temas de cada uno de los discos que seleccionamos en nuestro #Recuento de discos de Iberoamérica en 2017, con propuestas que van desde el folclore y la canción de autor, hasta el rock, la electrónica y la música urbana.
Luis Bernal – Andrés acaba de estrenar hace unos días «Sé que no tengo perdón», un tema con rasgos punks, toques de folk y algo de norteño, una canción ideal para cuando ya la cagaste y no queda más que llorar con un bonito soundtrack.
El crítico de cine y editor del blog TantoCine nos comparte su selección de películas de este año que está por terminar.
Una serie de lecturas de 2017, recomendadas por escritores y periodistas convocados por La Zona Sucia, con la intención de arrojar un poco de luz para quien camina por los pasillos de los libros.
La Navidad, como relato, es tan amplia, tan cinematográficamente panorámica, que se nos muestra como un tenderete de imágenes, dominadas por el comercio, la cursilería, o el arte o la reflexión. ¿Cómo abordarla? Eso es cosa de cada quién.
Alejandro González – Ricardo Rico está haciendo historia, y en sus canales de YouTube se pueden encontrar más de 200 entrevistas a personalidades del rock mexicano.
Un disco siempre será un gran regalo, pero hay que saber escogerlo, no hay que darlo a la ligera porque ahí se quedarán secretos y pensamientos.
Una selección de La Zona Sucia con los trabajos más relevantes del 2017 en Iberoamérica.
La primera vez que fui a un concierto tenía 11 años. Era verano y en el Centro de Convenciones de Acapulco hacía un calor delirante.
La Colonia Independencia representa un espacio simbólico clave para muchas familias que llegaron de San Luis para construir, darle forma, cuerpo y corazón a la ciudad de Monterrey.
Laura Luna – Diego Flores & Los Truenos del Norte nació en el 2013 cuando Diego (vocalista) y Juan (baterista) se reunieron para tocar una serie de composiciones originales, las cuales terminarían formando el EP Sonidos de la Calma.
Mario Alberto Palacios – La idea de que lo vintage siempre es una moda y un vehículo fácil para hacer billetes es un argumento válido y simplón para justificar esta efervescencia por usar o sobre-explotar el rock clásico. Pero también es coherente y a la vez preocupante darse cuenta de que lo viejo es lo de hoy.