Gorilas en la niebla

La suerte del usuario

El 5G es ambicionado por todas las marcas, pero ninguna firma hasta hoy ha movido un dedo para hablar o señalar un riesgo grave en el escenario de la bioética.

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OPINIÓN

La industria del software está sumida en una guerra terrible desde hace ya bastantes años, condición que se ha agudizado en estos días y amenaza con llegar de veras demasiado lejos.

Así está ocurriendo con el caso de la confrontación entre Google y Huawei, que poco a poco ha ido comprometiendo a otros participantes a su paso hasta establecer una auténtica batalla campal.

En medio de la metralla de aranceles, declaraciones y mercancías, hemos podido ver cómo dos factores del servicio de Internet salen a relucir: Uno, la velocidad de la información. Y dos, la nitidez y calidad de audio y video.

Lo que está en el fondo de toda esta lluvia de golpes es la transmisión de datos a través de 5G. Hasta hoy, Huawei y Samsung llevan la ventaja en esa lucha tecnológica , sin embargo está a punto de abrirse un nuevo round, y eso implica nuevas oportunidades para todos los contendientes. El 5G es ambicionado por todas las marcas, pero ninguna firma hasta hoy ha movido un dedo para hablar o señalar un riesgo grave en el escenario de la bioética: la gente y los animales que enfermarán o morirán como resultado de la exposición a las radiaciones provenientes de las terminales implicadas en la existencia misma del 5G. Así, no se advierte de la destrucción molecular y el factor cancerígeno que surgen paralelamente al privilegio de la 5G y se deja un vacío en ese renglón para el sector médico y las posibles víctimas.

El 5G no es sólo innovación y ventajas, también tiene un costo grande en materia de salud, y mientras los activistas siguen llamando al uso de la bicicleta, el cáncer de cerebro tendría que discutirse a partir de hoy mismo y sin descanso como uno de los estragos generados posiblemente por el uso de terminales 5G.