A principios de éste año fui víctima de un robo en la vía pública. Ahí se fue mi lápiz labial favorito: un rojo intenso marca Yves Saint Laurent. Como nostalgia posterior, descubrí por YouTube un comercial de una chica pintando las calles del centro de París con éste cosmético. El tema musical que lo acompañaba venía cargado de unas intensas percusiones, una glacial voz femenina y una atmósfera electrónica oscura que me envolvió. Perdí uno de mis objetos sensuales más preciados, pero había caído en las redes de Boy Harsher y su tema «Modulations».
Se declaran autodidactas, pero para esta fiel seguidora de la música industrial-darkwave, su pericia en el manejo de los teclados es formidable. La cantante Jae Matthews y el músico Augustus Muller, conforman una dupla explosiva creada en 2013 bajo un nombre naive como Teen Dreamz, que se presentará el próximo 28 de septiembre en el Command Fest de la Ciudad de México, un festival que congrega grupos y artistas selectos techno como el productor Daniel Miller, Adult, The Golden Filter, Ramón Amezcua y Pepe Mogt. Prometen un show oscuro, muy ruidoso y bailable, de acuerdo a su estilo.
Su sonido remite al misterioso mundo de Sheffield, Inglaterra, cuna de la música industrial, pero es Savannah, Georgia su procedencia y la ciudad de Northampton, Massachussetts la que los acoge en la actualidad. Mientras que su nombre de Boy Harsher (“chico áspero”) tiene un origen particular: “Así como Depeche Mode tomó su nombre de una revista francesa que se llamaba así y era muy coloquial, nosotros empezamos a jugar con nombres divertidos o malos y éste salió”. Explica Augustus.
Desde su debut en 2016 con Yr body is nothing, grabado con sintetizadores baratos, han publicado también Lesser Man y Careful (2019), acompañados de un puñado de videos tan sombríos como delirantes y provocadores. Matthews y Muller cargan con la estafeta de otros añejos grupos ingleses como Throbbing Gristle, Cabaret Voltaire o incluso los suizos de Yello, de quienes han seguido sus pasos, según Augustus.
Canciones como «Lust», «Pain» o «Love» exudan un vendaval de emociones intensas y una fuerte carga erótica, el soundtrack ideal para una noche de actos impúdicos, pero es Jae quien me explica sus orígenes reales en ésta entrevista vía telefónica: “No me malinterpretes, pero yo soy depresiva, tengo mucho dolor y aun así tengo que vivir el día a día, salir adelante y estar lidiando con eso que se refleja totalmente en los discos”. Me dice en medio de respuestas cortas y parcas, al igual que su compañero, quien confiesa que carece de formación musical y que se guió por el autodidactismo: “Cuando yo era niño tomaba clases de piano, pero era muy malo y me importaban más los sonidos electrónicos y empecé a aprender por mí mismo”. Y Jae fue por la misma ruta: “Yo también aprendí de mí misma día a día. Nunca estudié nada y tampoco tengo una experiencia profesional”.
Uno de sus EP’s lleva el peculiar título de Lesser Man (2019), originalmente publicado en formato de audiocassette, que de inmediato capta mi curiosidad. Finalmente, en medio de la seriedad de ambos -en especial de la vocalista- escucho su risa irónica al otro lado del auricular al inquirir a qué le suena un “hombre menor”: “Yo corté con mi novio y mi mamá me estaba consolando y ella me dijo que ya dejara de estar así y de pensar en ese ‘hombre menor’ y de ahí surgió el EP. Esa es también una manera de llamarle a un hombre que ha hecho algo malo”.
Me despido elogiando a la voz glacial que descubrí tras una noche de robo confesándole que al escucharla me despierta fascinación, deseo y un poco de miedo a la vez. La risa desaparece, regresa a sus tinieblas y se despide con un escueto, pero genuino Thank you!
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