alforja de poetas
COLUMNAS   

Árido Reino


Un compromiso impuesto por las circunstancias, o la cotidianidad de los mitos

Con la aparición en 1989 de la serie Alforja de poetas Margarito Cuéllar iniciará la publicación del estudio más completo que se ha hecho de la historia de la poesía de Nuevo León.

OPINIÓN

La poesía es fundamento de la ciudad

Con la aparición de este libro el poeta Margarito Cuéllar iniciará la publicación del estudio más completo que se ha hecho de la historia de la poesía de Nuevo León. Los tres tomos, que en su conjunto se llaman Alforja de poetas, abarcan distintas épocas y forman uno de los capítulos más importantes en la antología de las antologías de poesía de Nuevo León. El tomo 1, con un prólogo de Carmen Alardín, incluye a doce autores e inicia con Celedonio Junco de la Vega.

El primer aporte importante y riguroso de Cuellar es que avisa que intentará tomarse muy en serio “el oficio”. Para uno de sus criterios explica que en la época histórica que le corresponde a poetas como Fray Servando Teresa de Mier hacer versos era una disciplina exigida como requisito para ser parte la elite social. Con eso excluye nombres “importantes” como el del propio Mier (veremos si ese rigor continua en las siguientes dos entregas). Este tomo al menos se distingue -comparándolo con otras dos antologías más ambiciosas- de la severidad que rayó en el insulto con que Minerva Margarita Villarreal, trató a los antologados de Brújula solar, y de la benevolencia que rayó en la ingenuidad de Eligio Coronado en Antología de la poesía nuevoleonesa. Cuellar, lector-observador, fue más templado y cauto en su selección, entendiendo que los aportes no deben de ser pasajeros, y que la poesía, como bien lo dice Gabriel Zaid, debe ser el fundamento de una ciudad.

No tengas bardo, a desdoro
pulir con tesón el verso
por exhibir tan terso
como lámina de oro

Bien estás; más el decoro
de la musa que se estima,
pide que limar la rima
sea tan sutil labor
que no perciba el lector
los chirridos de la lima.

(A un poeta novel, Celedonio Junco de la Vega, pág. 49)

Paisajistas de caminos polvorientos

Le siguen a Junco de la Vega once poetas más: Francisco de Paula Morales, Felipe Guerra Castro, Nemesio García Naranjo, Porfirio Barba Jacob, David Alberto Cossío, Carlos Barrera, Alfonso Reyes, Miguel D. Martínez Rendon, Eusebio de la Cueva, Alfonso Junco y Rafael Lozano. Desde el humor, pasando por el antirreyismo (político), el romanticismo trasnochado, el tormento amoroso, la exaltación a la patria y el fatalismo. Autores prolíficos unos, otros no tanto, confluyen en el distingo que el antólogo llama el reyismo el antirreyismo y la generación de la Revolución. Entre todos ellos, los que destacaron fueron Reyes, Barba Jacob, Martínez Rendón y Junco, ya que alcanzaron mayor difusión que la de sus contemporáneos regiomontanos.

Alfonso Reyes es un capitulo aparte en cualquier antología. Cuéllar lo sabe y acude a Ernesto Mejía Sánchez, un profundo conocedor de la obra de Reyes. Fue el encargado de armar y ordenar los tomos inconclusos de sus obras completas que incluían el reto de las 512 páginas de su poesía completa. Para beneplácito de los lectores Margarito opta por el Reyes juguetón, que al tiempo en que aparecía este tomo (1989) se celebraban los cien años de su nacimiento:

Ayer gritando una muchacha – ¡Jaime!
desde un balcón al tiempo que pasé
sorda la “jota” sólo dijo: – ¡Aime!
y, por engaño de la voz: – ¡Ay me¡

“¿Ay me?” Quién tan arcádica se plañe
¿pudiera ser la Diana sin amor?
O bien pudiera ser que yo me engañe,
atento al modo pero no al valor.

Voz de mis quietas alucinaciones,
callado eco de mi pensamiento:
tú parlas y tu ríes y tu pones
golondrinas de notas en el viento

(Fonética, pág. 140)

Ventana abierta

Cuéllar concluye este primer tomo diciendo: “Una antología es una caja receptora de atisbos y evidencias, de apuestas y rompimientos. Un ajuste de cuentas con el pasado, un intento de interpretación más precisa del presente, el saldo en el que no habíamos reparado, el espejo de la actual abundancia o miseria poética”. Queda en los lectores medir estos conceptos y aceptar los lineamientos con que se hace la selección, o teniendo la opción de proponer la continuación a estos trabajos generosos que entre otras cosas nos abren los ojos.


Monterrey, alforja de poetas 1
Selección / introducción de Margarito Cuéllar
Dirección de Cultura, Ayuntamiento de Monterrey
1989

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