Canciones lentas que van acumulando tensión y cierta marcialidad que le es propia al folklore asturiano; una incursión en pos de alcanzar una belleza austera y silvestre. Un recorrido tan propio que separa al dueto formado José Luis García y Fany Álvarez de muchas de las tendencias vigentes -ellos van a su aire-. Imágenes en claroscuro, poesía crepuscular que no niega su vocación amorosa. Así aparecen temas en los que se dice: “Busco la simetría incontestable/ que nos pertenezca desde ahora/ y me recuerde/ como quererte”.
Son versos que abren la pieza que nombra al cuarto álbum del dueto gijonense, un trabajo tan atemporal que pudiera datar del pasado o aparecer en el futuro y su naturaleza sería la misma. Desde sus evocaciones naturalistas, los ritmos lentos -casi de una danza- y su hosco estado de ánimo nos recuerda que esta orfebrería musical se debe totalmente a la influencia de Asturias en sus cuerpos y mentes -aflora y transpira por todas partes-.
Un muy digno sucesor de Euforia (2016) que reafirma lo que se entiende por un artista de culto; esta pareja tira muy por delante una estética que va dosificando el ascenso de las emociones y avanza cabalgando con parsimonia. En estas 11 canciones hay densidad, sobriedad y emociones profundas -el escucha que se quede en la superficie estará perdido-.
Debemos destacar en esta entrega “Niego” que es un tema absolutamente emocionante y que procede de la estirpe, nada menos, que de “All Tomorrow Parties” de Velvet Underground. Recordemos que José Luis militó en Manta Ray y desde entonces ya conocía de la belleza de la distorsión. Aquí incorporan una mesurada trompeta que le da todavía más sofisticación al asunto. Nos hace sentir que estamos al interior de una novela de misterio que sucede en el norte español.
Elle Belga posee una personalidad muy peculiar, pero forma una triada muy sólida cuando se les coloca junto a Nacho Vegas y Pablo Und Destruktion, otros dos asturianos insumisos e inspirados. Esto queda en evidencia en la naturaleza de una canción como “Cantar de Siega”; hay un profundo respeto por la tradición y a la vez una intención de darle la vuelta y traerle aires nuevos. Sobra misterio y profundidad.
También han acertado con “Increíble amor” y “Seres Invencibles” que sacan lustre de un folk pastoral, lánguido y amoroso. La pareja está dispuesta a “derribar mitos” y “declarar patrias”, ellos mismos constituyen su propio reino. Su forma de arte nos recuerda a las gestas caballerescas de siglos atrás y ello constituye un hallazgo enorme.
Simetría (Mont Ventoux, 2020) saca la mejor partida de haber sido grabado con el productor Paco Loco en el Puerto de Santa María; el hombre entendió a la perfección ese sentido rural y crepuscular de un álbum que por momentos también muestra su lado rasposo. Elle Belga nos embriaga con un disco que se va infiltrando lentamente y una vez en el torrente sanguíneo provoca una experiencia sobrecogedora y adictiva.