Arturo Meza – Constelaciones


Gente de México
México
2020

RESEÑA

Hay discos que son hijos de su momento histórico. Es el caso de Constelaciones, la producción discográfica más reciente de Arturo Meza, quien cuenta en su haber con más de treinta y cinco álbumes (sin considerar las colaboraciones con otras agrupaciones y músicos). El prolífico autor nos sorprendió en su canal de YouTube con esta ofrenda de primavera, disponible desde el 25 de marzo.

Acompañado de sus antiguos cómplices Los Chaneques (los hermanos Chario Manez y Maqaqo, en batería y bajo respectivamente), Jaco Arroyo (piano y sintetizadores) y de Jaquez (acordeón), Meza dio a conocer su nuevo material en medio de la pandemia del Covid-19.

Amerita detenerse en la descripción de la portada en función de que por primera vez se trata de una obra pictórica del mismo artista, que antes había tomado obras de Alejandro Montoya, Alberto Durero, Jerónimo Bosch, Remedios Varo, José Fors, entre otros. Se trata de Manhaethel (La hacedora de estrellas), un lienzo que nos remite al concepto de música de las esferas, que entiende la rotación de los planetas como una influencia en las vibraciones de la Tierra.

Los temas transitan entre el rock progresivo (“Constelaciones”) y el tango sincopado (“Las tinieblas se levantarán”), pasando por la balada dulce (“La sed”). “Acuamundi” nos transporta al planeta Agua (como en realidad debería llamarse el nuestro), donde no existen guerras y el hombre puede coexistir con las restantes formas de vida. Así, escuchamos el sonido de ballenas y otros cetáceos. “Soberbio navegante” es una canción hasta ahora inédita que Meza interpretó en su primer concierto llevado a cabo en 1984, contemporánea de sus primeras composiciones juglarescas como “Anael”, “Exiliado celeste” y “La sentencia”.

Quizá el tema menos logrado del disco sea “Sordo a su cantar”, que se queda en una monótona melodía sin grandes aportes. En “Karma” se traslada al plano espiritual, y sus ideas del karma presentes en muchos de sus libros se ponen de manifiesto. En esta pieza, utiliza la música (con sus trinos mágicos) como poderosa herramienta para entrar en contacto con lo profundo del ser. 

“Los vampiros de tus sueños”, empieza y concluye con un tono grave y pausado (al estilo de “El canto oscuro de la sierpe”) para simbolizar el descenso a la tierra de los vampiros nocturnos. En “Tierra de luz” y “Abraza la danza de México”, Meza se acerca al canto que empleó en discos étnicos-indigenistas como Venadito del sol o Descalzos al paraíso.

Existen muchas sociedades en las que la música juega un papel importante en los rituales ideados para sanar a la comunidad. Ciertas tradiciones creen en el poder de la música para “contener” la enfermedad. Como un moderno chamán, Meza compone esta música que sana y fortalece el espíritu. Recordemos que los griegos creían en el poder curativo de la música, aplicable a las enfermedades físicas y psíquicas. Constelaciones es, sin duda, música que sana el alma. Se trasciende el sufrimiento y, gracias a la música, se deja atrás.