Dangerous Rhythm

«Aquí no pasaba nada»: ventana al pasado de un ritmo peligroso

El documental dirigido por Pilar Ortega es un ejercicio de nostalgia para algunos y un descubrimiento para otros que no conocen la historia de Dangerous Rhythm.

Parece que fue ayer, pero es en 1978 cuando Piro Maniac, Marcelo, Johnny Danger y Rip Sick decidieron formar una banda que encausara la movida punk que tomaba por asalto el mundo. Desde entonces Dangerous Rhythm es una referencia ineludible para hablar de la explosión del rock mexicano en los ochenta, ya sea con su nombre original o con el de Ritmo Peligroso, con el que dieron paso a una sonoridad más latina.

Aquí no pasaba nada es un documental que busca recoger parte de esa historia. Dirigido por Pilar Ortega, incluye entrevistas con los miembros del grupo, con periodistas musicales, así como con personajes de la escena musical de ese momento o que se vieron influenciados por ellos. Por si fuera poco, los Dangerous Rhythm originales se volvieron a reunir luego de 30 años para interpretar en vivo una de sus canciones más conocidas, «Electroshock».

Aquí no pasaba nada estaba programado para estrenarse durante la gira Ambulante, pero por razones sabidas debió hacerse de manera online. Luego de su proyección el pasado 22 de mayo están por anunciar nuevas fechas en su página de Facebook. Por lo pronto, conversamos de manera virtual con Pilar Ortega para conocer un poco de lo que consistió este trabajo documental.

¿Cómo es que se presenta la oportunidad de hacer este documental sobre Dangerous Rhythm, y de qué manera fue tu acercamiento a ellos?

Todo surgió a raíz de un encuentro casual con Piro en el que platicábamos de la necesidad de contar las historias de nuestra generación, porque son las que nos competen. Le dije que la historia de Dangerous Rhythm estaba muy olvidada a pesar de que habían sido un elemento clave en el renacimiento del rock y en el nacimiento de una corriente contracultural que aunque pequeña, había tenido una influencia muy fuerte en el país y fue así que decidimos contarla.

¿Cómo fue el proceso de buscar materiales en video y gráficos? ¿Qué retos implicó?

La mayor parte del material gráfico estaba en los archivos de los miembros del grupo, que tuvieron el cuidado de guardar todo lo que se escribió sobre ellos, pósters de tocadas y muchas fotografías. Realizamos una búsqueda en revistas Conecte y Sonido de la época que estaban en manos de un coleccionista y eso también fue sencillo. Pero luego nos dimos cuenta que había partes que tenían huecos visuales. Entonces tuvimos que ir de una persona a otra hasta que dimos con algunas que nos hicieron el favor de prestarnos sus materiales.  Afortunadamente todos fueron muy generosos.

¿Que cosas nuevas nos puede decir Aquí no pasaba nada sobre la historia de Dangerous Rhythm?

El documental es por una parte una historia de un momento histórico en el que resurgió una cultura de los jóvenes que no volvió a ser reprimida. Por otra parte es una mirada a la vida de cuatro jóvenes que, sin darse cuenta, se volvieron vanguardia y desafiaron todas las limitantes que existían para el rock en México. En ese sentido es por una parte un ejercicio de nostalgia para quienes vivieron esa época, y un descubrimiento para mucha gente que no sabe que eso pasó. Los comentarios de quienes nos han escrito luego de la exhibición del documental van en esos dos sentidos.

Tal parece que hay un interés renovado por encontrar a ‘los primeros punks mexicanos’. También está el documental de Mario Mendoza sobre Size, ¿Es posible definir a una banda como los primeros punks mexicanos?

No creo que haya un interés renovado. Siempre existe interés por conocer el pasado, y la época de principios de los años ochenta genera especial interés. Es un momento de grandes personajes, de efervescencia cultural, de la búsqueda de una identidad como jóvenes y eso resulta muy atractivo. Por otra parte es completamente imposible saber quién fue el primer punk mexicano, lo que sí es posible es establecer quiénes formaron la primera banda de punk, y ellos fueron Dangerous Rhythm, que se formaron en 1978. Size y Rebel D’Punk son del 79, y las bandas de punk de barrio son posteriores a esos tres grupos. Pero no es una declaración de principios, es simplemente un dato, una precisión.

¿Cómo es que se dio esa reunión de los miembros originales de Dangerous Rhythm para interpretar un tema en el documental?

Ellos han seguido siendo amigos, pero nunca se habían vuelto a reunir todos juntos y eso era lo que nosotros (Mauricio Hammer el productor, Manuel Castelltort el editor y yo) queríamos mostrar. También queríamos verlos tocar, pero dejamos que en esa reunión la idea surgiera de ellos mismos. Nunca ensayaron juntos, solo se reunieron el día de la grabación, y sin embargo hicieron un muy buen trabajo, uno que creo que resulta muy emocionante.

¿Crees que hace falta más documentales para registrar la historia del rock mexicano? ¿Qué aspectos nos falta por cubrir?

Claro que hacen falta más documentales no solo sobre el rock, sino acerca de muchos aspectos de la vida en México, que no sean necesariamente problemas sociales. No tenemos la costumbre de documentar nuestra historia, y eso me parece terrible. Un país debe tener memoria. En ese sentido, hay millones de historias por contar.