La añoranza mexicana del Kronos Quartet: Entrevista con David Harrington

Harrington, miembro fundador de Kronos Quartet, considera a México «uno de sus lugares favoritos en el mundo». La banda presentó hace poco su documental A Thousand Thoughts en el Palacio de Bellas Artes.

Son muchos los vaivenes que conforman la historia de este cuarteto de cuerdas formado en 1973 en San Francisco, California. No sólo por sus cambios de alineación, las colaboraciones con otros músicos como Philip Glass, Laurie Anderson, Terry Riley, John Zorn y hasta Café Tacuba, y los momentos de triunfo y desazón personal de sus múltiples integrantes.

Todos estos ires y venires se plasman en el documental A thousand thoughts, a cargo de los cineastas nominados al Oscar, Sam Green y JoeBini. Ahora sólo persiste el violinista David Harrington como miembro fundador, alternando con John Sherba, HankDutt y la coreana Sunny Yang. Más que una biografía, es un periplo que retrata tanto los episodios exitosos como los infortunios de la agrupación desde su juventud hasta la actualidad. Los cambios sociales y políticos del mundo son también otro personaje que hace hincapié en el tiempo y la metáfora del dios griego Cronos devorando a sus hijos sin piedad alguna, y de la manera en que el destino y las grandes casualidades juegan un papel decisivo en la vida.

Ésta es una charla con David Harrington, quien a sus 69 años considera a México “uno de sus lugares favoritos en el mundo”. En su última visita presentó este documental en el Palacio de Bellas Artes acompañado dela narración de su director, Sam Greeny, en un emotivo concierto. La sombra que dejó por aquellos días el escándalo del infame Nasoón Joaquín García en ese mismo recinto, no opacó la luminosidad de la música y el acecho inmisericorde del “Padre Tiempo”.

Eres el único miembro original de la banda, ¿cómo es que has sido tan paciente?, dado que el ambiente musical y social está cambiando, mientras que tú has sido fuerte. ¿Puedes decirme ese secreto?

Yo decidí hace mucho tiempo que quería ser músico el resto de mi vida. Fue hace 45 años y no creo que haya un secreto. Para mí en la música, la gente con la que trabajo la encuentro maravillosa e inspiradora, incluso la gente con la que colaboramos. No es tan difícil para mí estar en la música todos los días y eso es algo que debe compartirse y que no importa que tan rápido lento toques, o bueno o malo seas. Hay que compartirla. Lo que importa es que la gente del mundo que escucha al músico es algo que encuentro maravilloso, y debemos ser capaces de ser parte de esa comunidad. Eso es lo que me mantiene inspirado.

Leí en otra entrevista que trataste de renunciar hace 15 años y de aparatarte para tener más claros tus pensamientos.

Eso es algo que aprendí del historiador social Howard Zinn, quien reforzó esa idea en mí.  Algo que no sale en la película es lo que él me dijo que en esos días, cuando estaban en el poder gente como George Bush, Dick Cheney o Donald Rumsfeld, y es que ellos les temen a los artistas, a los músicos. Él me dijo: “Dick Cheney te teme”. Puedes verlo también en la administración actual. Esta gente le teme a los científicos, a los artistas, a quien esté buscando la verdad. Es un complejo de nuestro gobierno, pero esa no es la razón por la que estoy es la música, es que me siento confiado. Yo estoy buscando la más increíble música que pueda encontrar donde sea, es algo que toma mucho trabajo y esfuerzo, pero es una exploración y no tengo otra alternativa.

Me temo que a los gobiernos les da miedo la creatividad porque son débiles. No le tienes miedo a nadie si eres lo suficientemente fuerte.

Sí, tienes razón. Le temen a quienes imaginan cosas de una manera diferente y nueva; y al decir una nueva me refiero a que probablemente también le temen a los niños. (Se ríe)

¿Por qué?

Porque los niños hacen preguntas con una gran naturalidad, se preguntan cosas de esta gente poderosa. Sus parientes más grandes tratan de reprimirlos para que no actúen así. (Se ríe de nuevo.)

Por cierto, ¿recuerdas cómo eras tú de niño y qué te motivó a ser un músico?

Recuerdo que había estado interesado en cosas que no sabía y trataba de explorarlas, trataba de aprender cosas nuevas, y hasta cierto punto tenía muy claro en querer tocar el violín, quería ser miembro de un cuarteto de cuerdas, que es mi sonido favorito. La combinación con el chelo es maravillosa y nunca me canso de ella. Quería convertirme en parte de un cuarteto y tenía 12 años cuando entré al primero. En ese entonces trataba de explorar el mundo.

San Francisco es una ciudad que a mí me gusta mucho, por cierto.

Es un lugar maravilloso para vivir, pero los problemas que tenemos ahora son diferentes. Yo siempre que estoy aquí me siento más creativo y vivo, aunque me pone nervioso como el mundo está moviéndose. Aquí hay mucha exploración, ciencia, historia, artes.

California está teniendo una oposición fuerte contra el resto de Estados Unidos y Donald Trump.

Bueno, puedes salir de San Francisco y solo a pocas millas de aquí es casi otro país, con actitudes muy reaccionarias. Es un país complejo el que tenemos.

En 2018 viajé a Estados Unidos y fue mi primera visita allá en ocho años, ya que viví una temporada en Inglaterra. Ahora noté muchos cambios, encontré mucha pobreza y gente vagando y pidiendo limosna en Las Vegas, por ejemplo. Al menos para mí America is not great again…

Es un país que tiene mucha riqueza y poder. Sí hay un gran nivel de pobreza y de falta de recursos, y claro, y en mi opinión hay mucho racismo. El miedo a algo que crees de una persona que se ve diferente, o de otra religión y antecedentes. Entonces, creo en ese sentido que la música tiene mucho trabajo por hacer, creo que la educación tiene mucho qué hacer también y es ahí cuando los adultos intervienen. Veo que el futuro es incierto.

Ustedes colaboraron con Café Tacvba en su disco Reves/Yo Soy y en la pieza «12/12» de su disco Nuevo. ¿Están interesados en colaborar con otra banda mexicana o qué tan enterados están de la escena?

No conozco mucho como a mí me gustaría, pero estoy seguro que hay muchas cosas interesantes. Estoy seguro que hay grupos maravillosos en México, pero no sé cuáles.

¿Sigues en contacto con Café Tacvba?

No directamente, la única razón es que cada uno estamos haciendo cosas distintas. Pero me encanta ese grupo, cuando oí sus canciones fue sensacional, les tomé afecto como personas y lo respeto como músicos.

¿Puedo contarte algo? Lo que sucede es que Rubén Albarrán hizo un dueto con un reguetonero llamado BadBunny, a mucha gente no le gustó y lo han criticado mucho al respecto.

No he oído esa colaboración, pero lo que sí puedo decir es que es muy importante que los músicos exploren,hagan cambios y sigan sus oídos. Tengo confianza en que Café Tacvba siga sus oídos y es probable que haya gente que le guste y quienes lo entiendan, pero ellos serán músicos por mucho tiempo y harán nuevas cosas que otros fans apreciarán.

Para mí fue un pensamiento muy bello descubrir en el documental cómo las coincidencias afectan nuestra vida de una manera positiva y cómo la cambian completamente, porque hay muchas otras negativas en lo cotidiano. Como te dije, hay demasiados cambios y siento respeto por la gente que tiene la paciencia, el coraje y la fuerza de lo que ellos quieren llegar a ser, porque muchos otros músicos optan por renunciar y veo que no es el caso de Kronos Quartet.

Bueno, para mi hay mucha música que tocar, y creo que todos en el cuarteto sienten eso: tenemos muchas nuevas aventuras por vivir. Al menos Sonny, John y Hank la hemos pasado de maravilla tocando juntos y trabajando con jóvenes y nuevos compositores, en muchos otros lados en el mundo, y nos sentimos más vigorosos. ¿Cómo han pasado 45 años? ¿Ha donde se ha ido el tiempo? (risas).

Yo tengo 35 y me ha gustado conocer tu música, aunque sea mucho más joven. Por ejemplo, cuando en el recuento de A thousand thoughts llegaron al año de 1984, vi que tú ya estabas tocando en algún lado y pensé: “yo apenas estaba naciendo”.

Sí, es verdad (se ríe), entre más envejezco más joven parece la gente.

¿Tienes nietos, David? ¿Cómo te sientes al respecto?

Ser abuelo es maravilloso, amamos cada momento de eso. Por ejemplo, mi nieta está muy metida en la moda y está estudiando en Nueva York. Es una chica de preparatoria de 16 años y aprendió sobre fabricación sustentable para crear prendas que no contaminen el agua, que acumulen menos desperdicio. Y eso se ha convertido en su pasión. Es maravilloso ver a una persona joven que algo pueda impactarle en su vida entera para el futuro, y es genial ser parte de eso y ser capaz de ayudarla de maneras positivas.

¿Puedes decirme en que más estas trabajando, no solo en Kronos Quartet? Esa es otra pregunta dentro del documental: ¿Qué más viene para ustedes, en especial para ti?

Bueno, como dije, para mí el instrumento es el cuarteto de cuerdas, yo toco el violín para ser parte de Kronos, no creo que mi ser esté separado del resto de los demás en la forma tradicional de trabajo y voy a hacerlo siempre y cuando esté en condiciones.

Entonces para rematar, me dijiste al inicio de la charla que México es uno de tus lugares favoritos en el mundo.

Sí, no recuerdo cuando fue la primea vez que tocamos, fue en los noventa y hemos estado ahí tres o cuatro veces. En el filme se menciona que mi hijo Adam murió en 1995. La Navidad siguiente mi hija, esposa y yo quisimos irnos a un lugar donde nos sintiéramos consolados y decidimos viajar a México. La razón de nuestro disco Nuevo, de 2002, fue lo que nos pasó en esos diez días en la capital. Nos quedamos en un hotel cuyo nombre no recuerdo, pero estaba en el Zócalo, y fue una experiencia increíble. Encontramos a mucha gente linda y nos sentimos envueltos por esta bella cultura que ustedes tienen.

Grabamos el disco en el marco del Día de Muertos de 2001, justo después del 11 de septiembre. Y para mí, Nuevo es mi agradecimiento a su música y su cultura, por salvar a mi familia. Por eso, cuando oigo a Donald Trump y toda su maldad, me da mucho coraje. Las campanas de la catedral en el Zócalo las tocan dos veces al año. Una vez las oímos por el Año Nuevo, a la medianoche y la siguiente vez, la descubrí cuando estaba en México justo el 16 de septiembre; y por eso es 12/12. Esa fecha era el cumpleaños de mi hijo y no sabía la coincidencia. Estuvimos ahí con mucha gente teniendo una gran fiesta en el Zócalo. Por eso, el final de la pieza de 12/12 suena una multitud el 16 de septiembre. Es una fiesta y es mi hijo. Es por eso que me siento muy cercano a la cultura mexicana.