El Alicia cerca del abismo (ahora sí)

El Multiforo Cultural Alicia lleva años siendo el lugar emblemático del rock en la CDMX, un sitio independiente que acoge a las bandas emergentes y ha propiciado la recirculación en todo el rock mexicano. Hoy necesita que le tendamos la mano.

Los efectos de la pandemia que vivimos se sienten desde hace meses, pero la totalidad de éstos habrán de mostrarse contundentemente en el futuro. Hay áreas que requieren de atención, muchas de ellas prioritarias para la vida del país; sin embargo, una que nos atañe, porque en ella hemos vivido sempiternamente y podemos tener un poco de incidencia, es la industria de la música.

Alrededor hay muchas preguntas y pocas respuestas. Sin embargo, en esta ocasión me referiré a los espacios, concretamente al Multiforo Cultural Alicia a quien todos llaman cariñosamente el Alicia. Como el personaje de Lewis Carroll de donde toma su nombre, es un foro donde la sorpresa es una de las constantes.

A mediados de los noventa eran varios los sitios para el rock en la CDMX, entonces DF: Rockotitlán, Rock Stock, La Diabla, El Bulldog, entre otros. En medio de ellos nació el emplazamiento ubicado en la Av. Cuauhtémoc, en la Colonia Roma.

Se inauguró el 1 y 2 de diciembre de 1995. El viernes tocó Limbo Zamba, Vantroi, Antidoping y Los Invasores presentaron un performance; el sábado lo hicieron Deus Ex Machina, Oxomaxoma, Rafael Catana y su grupo, en la parte de la danza se contó con Asalto Diario. En ese eclecticismo inicial ya se encuentra asentado el espíritu del Alicia. Los carteles anunciaban el comienzo a las 20:09 hrs., rasgo que  también ha marcado al lugar. Cualquiera de sus asiduos sabe que nunca habrá un flyer donde la hora sea cerrada; también saben de su tardanza para comenzar, como en cualquier otro lado. Más importante aún es percatarse que en esa doble inauguración se perfiló el carácter cultural y la diversidad en cuanto a oferta musical.

En él, desde hace ya casi cinco lustros, han pasado algunos de los exponentes más relevantes del rock nacional, músicos perfectamente ubicables ahora en el mainstream o cercanos a él (Caifanes, Cecilia Toussaint, San Pascualito Rey, Panteón Rococó), así como otros cuya vida habitual es el underground. Diversas escenas han despuntado allí: ska, surf, rockabilly me vienen a la mente ahora. Sus puertas se abren a distintas expresiones sonoras y lo mismo hay noches en donde la vanguardia se hace presente, que otras en donde el rock duro tiene cabida. Es frecuente asistir a una velada amenizada por los rupestres y en otro momento ser testigos del crecimiento de la escena del blues.

También, al Alicia le da por otras actividades. Presentar libros, organizar talleres, conferencias, cursos, seminarios, películas y, obvio, discos. Su trabajo ha quedado asentado en un par de documentales (Alicia en el subterráneo de Alejandro Ramírez; Alicia más allá del abismo de Abril Schmucler) y en el libro Alicia en el abismo, de Maite López Flamarique.

No es el primer antro que edita discos, aunque sí es el que lo ha hecho de manera sistemática. Hoy, Grabaxiones Alicia tiene un catálogo de 109 CD’s, 12 cintas y 9 vinilos y sí, adivinaron, todos ellos relacionados con bandas independientes.

Muchas ocasiones los sellos de clausurado han aparecido en esa cortina metálica que da a la calle de una de las avenidas más transitadas de la CDMX y a raíz de algunas de ellas el Alicia ha llevado a  cabo transformaciones físicas, pero básicamente el lugar es como cualquier otro dedicado a la vida nocturna: horrendo de día, atractivo e insinuante por las noches.

Con el paso del tiempo y la desaparición de otros locales, el Multiforo es hoy uno de los espacios más longevos que da cabida al rock y sus derivados. Como otros de sus congéneres, atraviesa problemas desde el decreto de observar la cuarentena. El pago de la renta debe hacerse con puntualidad y Nacho Pineda, su corazón, no ha dejado de cubrir el salario de sus colaboradores, a pesar de no contar con ingresos de ningún tipo desde mediados de marzo.

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La situación se ha tornado apremiante y el Alicia —al final es una chica orgullosa— finalmente ha dejado de lado sus reticencias para pedir apoyo a la comunidad. Algunas de la razones para hacerlo se acotan arriba. Hay músicos que no encontrarían espacio en otro sitio para expresar su quehacer; escenas  ahora bien vistas nacieron aquí cuando nadie apostó por ellas. Muchos lo negarán porque aprecian más el glamour y no la verdadera sustancia,  pero el Alicia lleva años siendo el lugar emblemático del rock en la CDMX, un sitio independiente que acoge a las bandas emergentes y  ha propiciado la recirculación en todo el rock mexicano, un trabajo las más de las veces soterrado, alejado de reflectores, pero indispensable para la vitalidad no sólo de la cultura del rock, sino de la resistencia cultural de una ciudad, de un país.

Hoy, el Alicia nos pide le tendamos la mano. Llegó la hora de pasar a la acción.