Gorilas en la niebla

Música al azar (Google como experiencia creativa)

Hoy quise darme a la tarea de averiguar qué tipo de música es la que elige Google para mi, aprovechando algunos de los experimentos que Edward de Bono ha desarrollado con gran habilidad dentro del campo de la creatividad.

POR:
google musica

OPINIÓN

En vista de que me paso gran parte del día solo, he desarrollado una estrecha relación con Google, con mis teléfonos y sobre todo con Spotify.

A toda hora y casi en cualquier momento,desarrollo algo que comenzó  por ser un montón de instrucciones, y que poco a poco se ha ido convirtiendo casi en un diálogo estúpido o un poco enloquecido con mi teléfono.

Puedo confesar que, con o sin pretexto, le pregunto la hora, la temperatura, le pregunto por el número de habitantes que hay en Nayarit, por las costumbres de los perros chihuahua, y otras cosas que parecen disparatadas, pero que en realidad sí son auténticos disparates.

Así, a lo largo del día voy llenando mi tiempo de música, de ideas, de información y de imágenes, y todo gracias a la magia de Internet y de la inteligencia artificial. Entre más aprende mi teléfono, más aprendo yo, o cuando menos eso me imagino.

Hoy, por ejemplo, quise darme a la tarea de averiguar qué tipo de música es la que elige Google para mi, aprovechando algunos de los experimentos que Edward de Bono ha desarrollado con gran habilidad dentro del campo de la creatividad. Experimentos que tienen que ver con el azar como forma del conocimiento y el conocimiento como forma del azar.

Y para hacerlo, le plantee a Google unos cuantos reactivos, cuyos resultados paso ahora a comentar.

Uno. Música para bañarse.

Ante esta singular petición, Google me respondió con un conjunto de piezas organizadas bajo el rubro de música para el baño. La vía que escogió fue la de Spotify. Obviamente, no es lo mismo el baño que bañarse, pero Google está todavía en periodo de aprendizaje, y a veces es algo simple, y esta vez lo resolvió de esta manera. En esa lista, organizada por el cerebro de Google para mí, me encuentro con música japonesa para relajarse, música para la relajación, música relax y… noche tranquila relajación colectiva.

La verdad es que yo no considero al baño como una relajación sino como un mero acto de limpieza, y cuando me baño normalmente tengo prisa, y lo que pienso en el baño es a donde me voy a ir inmediatamente, o qué cosas tengo que resolver en mis computadoras. O sea que en ningún momento he visto al baño como un acto relajante. No. Ni loco. Pero Google me ha atribuido ese pensamiento, y lo ha resuelto a su manera, cosa que le agradezco. Todo esto quiere decir que Google y yo a veces pensamos diferente, pero nos vamos complementando a como Dios nos da a entender.

Dos. Lista de música para desarrollar el cerebro.

Ante esta petición disparatada, la respuesta de Google fue extrañísima, ya que me envió a YouTube, al video de un señor llamado Yakarta Kuro o algo así, que se especializa en la enseñanza de idiomas y en la generación de un súper humano a través de métodos de enseñanza provenientes de oriente, o algo así. Podría decir que a primera vista me pareció un farsante, y la verdad es que ni lo vi porque no me importa. Desconfié de él y me pareció un farsante.

Molesto, volví a pedirle a Google música para desarrollar el cerebro, y lo que me ofreció ahora fue música para descansar. Me parece que son cosas distintas, y una vez más Google está inventando. Sé perfectamente que cuando uno no tiene una respuesta se pone inventar, y quizás en ese sentido Google se parece mucho al ser humano, sobre todo a los seres humanos que se dedican a la política.

Y el último reactivo que le puse, fue realmente extraño: Música para hacer experimentos de física nuclear.

Reconozco que la petición ha sido bastante singular, y sin embargo Google la procesó a su manera, y me ofreció la música de Lorena Sulz, una científica sudamericana, que además de ejercer la investigación de laboratorio se dedica los fines de semana a tocar música electrónica y a producirla con singular entusiasmo. Eso no me parece para nada extraño, porque uno de mis hijos es biotecnólogo  y se dedica a la música. Lo que sí me pareció altamente llamativo es observar que en el fondo tiene mucha más experiencia en campos extraños YouTube que Spotify. O sea que sabe más. Y en cambio Spotify sigue siendo en el fondo una especie de radio, en tanto que YouTube combina las acciones provenientes del campo de la investigación con las de la diversión y la música, sin hacer gran distinción entre todas esas cosas.