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Pinchadiscos: una fiebre de música y baile

Los pinchadiscos son una enciclopedia musical y los hay para todos los gustos. Pude preguntarle algunas cosas a distintos selectores, coleccionistas e impulsores del acetato en México para saber más sobre esta fiebre que, me parece, nunca se extinguirá.

Nos ponen a mover los pies con ritmos desconocidos y pegajosos. Los pinchadiscos hacen que nos preguntemos por la canción que acaba de sonar. Eso es gracias a Emily Berliner, inventor del vinyl en 1888. Desde entonces la música se introduce en diferentes etapas de nuestras vidas, haciéndonos sentir cosas de todo tipo. Pero el origen de los también llamados DJ’s, se remonta a 1909. Ray Newby, se le considera el primer disc jokey de la historia, cuando comenzó a reproducir temas musicales en la radio. En 1943 con discos de jazz, se realizó la primera fiesta con alguien que se hiciera cargo de las melodías.

Pasaron los años y se fue innovando: se añadieron dos tocadiscos para la reproducción continua de la música, aparecieron las primeras mezcladoras, los sound systems jamaicanos ponían a bailar a todos en las calles. Eso mismo se repetiría en Nueva York durante los años setenta, al momento en que distinta música afroamericana germinó bajo el nombre de rap.

También en nuestro país los sonideros de música tropical harían algo similar, pero con un estilo único, diferente, lleno de sabor. Hoy los pinchadiscos son una enciclopedia musical y los hay para todos los gustos. Pude preguntarle algunas cosas a distintos selectores, coleccionistas e impulsores del acetato en México para saber más sobre esta fiebre que, me parece, nunca se extinguirá.

Elisse Locomotion

Originaria de la Ciudad de México, comenzó en la música siendo la bajista de un grupo de garage llamado Modckers. Se especializa en sonidos de los años sesenta y setenta como R&B, soul, latín funk, entre otros géneros. Fue parte de la organización de la fiesta Hipshakers. Creó Girls Got Soul para darle visibilidad a las mujeres pinchadiscos. Dedos Sucios se llamó su tienda especializada en formato de 7 pulgadas. Ha pinchado en Colombia, Perú, Estados Unidos y Singapur. Actualmente lleva el proyecto Caja Mágica, enfocado en ritmos psicodélicos de América Latina.

¿Cómo inició tu pasión por coleccionar discos?

Empecé porque me gustaba mucho la música de los sesenta. En ese tiempo tenía una banda y unos amigos me invitaron a fiestas con ese estilo. No sabía que existía alguna escena así. Cuando iba a esas fiestas vi que había gente que ponía música en vinyl. Un año después de eso ayudaba a la organización de una fiesta que existió en la Ciudad de México como por ocho años. Cuando me metí de lleno a la fiesta compré discos y después los pinchaba.

¿Por qué pinchar discos y compartir la música?

Lo de pinchar discos fue algo que aprendí en Hipshakers. Me sentí parte de esa escena. Y compartir la música que me gusta es algo muy importante, creo que para eso es. Me di cuenta de que las cosas que me gustan, no toda la gente las conocía.

¿Cuáles son los lugares más extraños donde has conseguido música?

No me ha tocado estar en lugares extraños, pero he tenido experiencias locas. Mi experiencia favorita de cómo conseguir un disco fue cuando encontré “Love potion No. 9” de Lara Tan & The Trailers, en una versión china. Yo lo había checado por primera vez en un canal de YouTube y pensé que ese vinyl nunca lo iba a tener. Cuando viaje a Singapur había un señor escribiendo un libro sobre música de los años sesenta de ese país. Lo contacté para intercambiar discos y el señor llegó con ese vinyl. Fue algo inesperado.

¿Cómo ves la escena de pinchadiscos en México?

Está súper madura y en un punto muy bueno. Ahorita está de moda el vinyl, pero también hay muchos espacios que tienen tornamesas. Si quieres ser DJ hoy en día, hasta cierto punto es fácil, en el sentido de que ya es sencillo conseguir música, mucha gente está vendiendo discos y hay ferias de vinilos. La compra por Internet también ya es algo muy normalizado. Puedes armar tu colección y contactar los lugares donde quisieras pinchar. Hay mucha variedad. Igualmente, la gente que ya tenemos tiempo ya no somos tan cerrados, ya no tocamos para sólo ciertas escenas.

¿Cuál es el disco más extraño, nostálgico o que te envidien más?

Creo que es uno que no tiene mucha gente, pero aun así siempre me lo quieren comprar. En el presente está muy de moda la música latina. Hay un disco de Henry Nelson que tiene dos canciones que me parecen súper buenas: “El amor es un bicho” y “El diablo”. Me han ofrecido mucho dinero, pero no lo vendo porque es algo que siempre toco.

Sonido Fatman

Se formó en la escena skinhead reggae de la Ciudad de México a inicios del nuevo milenio. Referente en ese movimiento underground por organizar fiestas de sound system en el patio de la casa de su mamá. Antes de convertirse en pinchadiscos tocó en la primera banda de early reggae de México: Los Gravediggers. También tuvo una banda de rock and roll y soul de nombre Los Ramparts. Otra de sus facetas las desempeña como artista gráfico. Ha tenido la oportunidad de pinchar en eventos como el Non Stop Ska Festival y ha colaborado con artistas de la talla de Greg Lee (Hepcat).

¿Cómo inició tu pasión por coleccionar discos?

Empezó porque mi abuelo me enseñó música tropical en formato de vinyl, principalmente de La Sonora Matancera.

¿Por qué pinchar discos y compartir la música?

Empecé a hacerlo por un gusto musical personal. Cuando comencé a comprar muchos vinilos pensé que era divertido. No pensé que lo iba a hacer de una forma seria como lo hago ahora. Inicié con los amigos, con los compas de mi cuadra en la colonia Campestre Aragón [Ciudad de México].

¿Cuáles son los lugares más extraños donde has conseguido música?

Ha sido en la calle Jesús Carranza, en Tepito. Antes había una tienda de discos que estaba dentro del mercado de tenis. El señor que la atendía daba muy barato. Meterte al barrio para encontrar música jamaicana, con versiones mexicanas ha sido de lo mejor.

¿Cómo ves la escena de pinchadiscos en México?

Ya está muy explotada. Ya todos son pinchadiscos. Los que trabajamos bien y los que trabajan mal nos diferenciamos. En mi caso yo trato de marcar mi estilo musical con reggae, rocksteady y ska.

¿Cuál es el disco más extraño, nostálgico o que te envidien más?

No sería un disco extraño, pero fue uno difícil de conseguir para mí. El disco fue Boggie in my bones de Laurel Aitken. Es un R&B hecho en Jamaica, en los años 50. Es el más apreciado que tengo.

Punyx Selector

Vuélvete underground se llamó su fanzine que editó de 2003 a 2006. Amante de la cultura pop, la literatura y las bicicletas. Baterista de viejas bandas de garage como Los Lichis y The A-Ha Experience. Su colección de discos tiene más de dos décadas de historia. Pincha en distintas fiestas de Monterrey, Nuevo León.

¿Cómo inició tu pasión por coleccionar discos?

Inició entre 1991 y 1993, cursando la prepa. Tenía el antecedente de un amigo en la secundaria que me prestaba casetes. Fui conociendo a personas que tenían colecciones de discos y me gustó el formato del vinyl. Por otro lado, siempre me ha gustado ir a los mercaditos, ahí abundan discos. En esa época se estaba dando el cambio de la tecnología, y paradigmáticamente se apostaba por el CD como el formato que iba a escucharse mejor. Sin embargo, en tiendas comerciales seguían vendiéndose vinilos, en edición nacional, a precios muy accesibles.

¿Por qué pinchar discos y compartir la música?

Es una manera de hacer amigos, es lo que he considerado siempre. Puedes tener la música que quieras, los discos que quieras, pero no sirve de mucho sino compartes el espectro musical. Es algo muy razonable y te lleva a muchos más lugares.

¿Cuáles son los lugares más extraños dónde has conseguido música?

No he sido tan explorador como otros amigos que toman más riesgos al ir a buscar música. Para mí los mercados, los amigos que me recomiendan un lugar. También hablar con sus papás, preguntarles sobre música y que terminen regalándome cosas, eso ya tiene un gran valor. Aquí [Monterrey] hay mucho por dónde explorar. Siempre habrá discos. En Ciudad de México creo que por donde vayas caminando puedes meterte a una casa para sacar vinilos.

¿Cómo ves la escena de pinchadiscos en México?

Hay una gran efervescencia de un tiempo para acá. Todo el tiempo estás viendo discos por todos lados. Contrario a lo que se pensaba, creo que se siguen sacando ediciones en vinil de los grupos nuevos, y reediciones de los grupos viejos.

¿Cuál es el disco más extraño, nostálgico o que te envidien más?

No me considero un arqueólogo de los vinilos, más bien me interesan las canciones, las reediciones también. Hay quienes sí se van por las primeras ediciones, con discos raros de sólo 200 copias. Yo prefiero comprar en cantidad.

Mario Manjarrez

King Pioneer Records fue la tienda de discos que tuvo en Monterrey, Nuevo León y con la que distribuía a mucha gente música jamaicana. Tocó el trombón con Los Appletones, una de las bandas referentes de ska tradicional mexicano. Ahora traduce libros para la editorial Lunaria y recién regresó a la venta de discos con un proyecto llamado Soul Digger Records.

¿Cómo inició tu pasión por coleccionar discos?

Nunca vi una tienda física aquí [Monterrey] que vendiera vinilos. Lo que hice fue comenzar a comprar por Internet, pero a finales de los años noventa pedía discos a Jamaica. Mandabas tu dinero por carta y te regresaban el vinyl. Te tardabas hasta seis meses para que te llegara un sólo vinilo. Era un trabajo de espera muy largo. Después ya podía juntar más dinero para no únicamente comprar un disco, sino que así me llegaban más. Así distinta gente que también estaba interesada comenzó a pedirme discos.

¿Por qué pinchar discos y compartir la música?

Por lo mismo, no había otra forma de conseguirlos. Toda la gente que le gustaba esa música sólo por Internet podía tener acceso a ella. No había tiendas que distribuyeran algo así. En la Ciudad de México hubo alguien [Chema Skandal] que empezó al mismo tiempo que yo.

¿Cuáles son los lugares más extraños donde has conseguido música?

Tengo un socio jamaicano que me distribuye el stock de Soul Digger Records. Llegan cosas de todo tipo, no sólo reggae. Anteriormente tuve una tienda del 2000 a 2010. Mi socio me manda lo que encuentra. Yo de ir a lugares, no me ha tocado.

¿Cómo se encuentra la escena de pinchadiscos en México?

Está creciendo bastante. Me parece muy interesante que comience a gustar la colección de vinilos, pero sobre todo rescatarlos. Hay discos desconocidos que no tienen reimpresión y sólo existen pocas copias. Que más gente se interese hace que esas reimpresiones existan, que alguien las haga para que no se pierdan algunos géneros musicales.

¿Cuál es el disco más extraño, nostálgico o que te envidien más?

Tal vez un disco pirata jamaicano de los años sesenta, con una balada pop de los noventa. Eso creo es lo más raro.

Tony King

Sus orígenes se remontan a 2007, cuando pinchaba y organizaba una fiesta llamada Súper Estereo con ritmos jamaicanos. Es pinchadiscos y buscador de música de manera constante. Actualmente organiza los eventos Gózalo, enfocados en la música afrolatina y caribeña.

¿Cómo inició tu pasión por coleccionar discos?

Desde muy chico coleccionaba casetes y CD’s. Siempre me ha gustado tener el formato físico de la música. Siempre me han interesado las cosas raras y difíciles de escuchar.

¿Por qué pinchar discos y compartir la música?

Comencé porque encontraba mucha música rara, bailable y que la gente desconoce. Mi manera de mostrarla y no tenerla nada más para mí fue aprendiendo un poco, y pinchar en fiestas de amigos. Ahora ya lo hago en diferentes partes, incluso fuera de Nuevo León. He pinchado en Bogotá, Colombia. También en el de Latinos Con Soul de Ciudad de México.

¿Cuáles son los lugares más extraños dónde has conseguido música?

Yo me meto en casas, en mercados; pero está última vez viajé a Bolivia. Fui a una estación de radio que ya está fuera de servicio, donde un señor de ahí tenía música muy extraña. Yo donde sea, a donde vaya, pregunto quién tiene discos.

¿Cómo ves la escena de pinchadiscos en México?

Hay muchos pinchadiscos. Aquí [Nuevo León] hay muchas fiestas de vinilos de hip hop, rock, salsa, boogaloo… En Ciudad de México está muy fuerte el asunto de los intercambios, la búsqueda de música. Yo creo que son las ciudades más fuertes junto con Guadalajara.

¿Cuál es el disco más extraño, nostálgico o que te envidien más?

En semanas pasadas intercambié con el dueño de la disquera Analog Africa música africana muy rara. Pero por mencionar un disco, hay uno de Manuel “El Loco” Valdez que muy pocos conocen y es de salsa. Yo creo que es uno de los más extraños que tengo. No muchos saben que un artista como él hizo un muy buen disco.

Xolo

Su estilo desde hace aproximadamente tres años se centra en la música chicana. Ex musico del grupo Los Viejos Tonos y ahora tatuador en el estudio La Clicka. Forma parte del colectivo de Saltillo, Coahuila La Peste Negra Vinyl Club, donde bajo pinchan ritmos como rock and roll, soul, mambo, boogaloo y reggae.

¿Cómo inició tu pasión por coleccionar discos?

Antes de pinchar estaba involucrado en algunos grupos musicales. De ahí nace mi amor por la música. Años después dejé de colaborar con las bandas y me interesé en los discos. Lo vi como una manera de seguir en el ambiente, ya no con un instrumento sino compartiendo lo que me gusta.

¿Por qué pinchar discos y compartir la música?

Por el placer de ver a más personas contagiarse con ritmos, sonidos y canciones que tal vez no conocen. Nosotros como pinchadiscos tenemos la chance de compartirles, de sacar de nuestros cajones lo que tenemos guardado.

¿Cuáles son los lugares más extraños donde has conseguido música?

Mis lugares favoritos son los bazares. En esos lugares hay historias y anécdotas por parte de quienes te atienden. Ahí te ensucias las manos y casi se va a escombrar basura para sacar un buen tema musical.

¿Cómo ves la escena de pinchadiscos en México?

A nivel nacional es algo muy grande. Yo apenas me estoy dando cuenta de esto, tengo aproximadamente dos años de estar pinchando, y un par más de estar buscando discos. En mi ciudad [Saltillo] no hay tanto movimiento como aquí [Monterrey] o en Ciudad de México.

¿Cuál es el disco más extraño, nostálgico o que te envidien más?

No es el más extraño o el más caro, pero sí es el que más quiero. Lo encontré buscando en la basura, cuando apenas empezaba a coleccionar discos. Es de una agrupación de Saltillo llamada Las Animas, de la época del rock psicodélico, en los años sesenta. Aunque no es del todo el género que yo manejo es mi disco favorito.