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Musique de merde


La música no se escucha una sola vez

Hoy se habla de que una canción debe “engancharte” en los primeros segundos. Si no, pierdes la atención del escucha. Y así, metidos en un círculo vicioso, vamos haciendo a los escuchas más cerrados y a los artistas más inmediatos.

OPINIÓN

Escuchar discos completos nunca fue una decisión a conciencia, para muchos de nosotros esa era la única forma de escuchar música por distintas razones: La primera y más importante es que no se tenía el dinero suficiente como para comprar toda la música que queríamos. La segunda es que tampoco existía la gran variedad de discos ni el acceso a ellos como lo tenemos ahora. Entonces, cuando lográbamos hacernos de un disco nuevo lo escuchábamos hasta el cansancio con la idea de sacarle provecho, sin darnos cuenta que en ese ejercicio íbamos aprendiendo a escuchar con atención y sin prisas.

Cuando comprabas algún disco o cassette, podía resultar frustrante que no te gustara, por eso no emitías un juicio a la primera escuchada. Era muy común, hablando entre amigos, hacer comentarios como: “A la primera no me gustó mucho, pero ahora que lo he escuchado más le voy encontrando el gusto”. Ese “gusto” en realidad se trataba de darle el tiempo necesario para descubrir lo que esas canciones le decían a uno, tanto lírica como musicalmente. Porque la música, por más superficial que sea, siempre tendrá algo que iremos descubriendo más allá de la primera escucha. A veces arreglos mínimos que a uno le significan mucho. No hay música inmediata, aunque en ocasiones así parezca y así suene. 

Yo recuerdo la primera vez que le puse atención a un corrido de Los Cadetes de Linares; tenía diez años de edad y durante una tarde escuché “Los dos amigos”. Me impresionó muchísimo descubrir que en su letra contaban una historia, que desde luego imaginé real y veraz; una historia que se acompañaba muy bien con la música. Ese detalle me hizo saber que mediante las palabras se podía contar algo en una canción, que no eran frases sueltas.

¿De qué forma evolucionaría la música popular y comercial si se incentivara el escuchar con atención? ¿Qué pasa con la música que requiere más de una escucha? ¿A dónde va, dónde se queda?

El primer CD que tuve fue un concierto en vivo de Pat Metheny, pero eran mis primeros acercamientos al jazz. Al principio no podía retener nada de la música. Sabía que no iba a ser algo fácil y lo escuché una y otra vez hasta que me fui familiarizando con él. Eso lo ha convertido en uno de los discos de mi vida, el que me acompañará hasta el último respiro. Lo mismo me pasó con Kid A de Radiohead, tuve qué escucharlo muchas veces antes de poder decir que me gustaba. Y vamos, no se trata de que a uno le tenga que gustar todo, pero sí de darle el tiempo necesario antes de descartarlo. Así me ha sucedido con Spinetta, Camarón de la Isla, Nacho Vegas, Bruce Springsteen y muchos más, a quienes he convertido en cómplices musicales después de varias escuchadas. Nunca a la primera. La música no se escucha una sola vez.

Al día de hoy muchos en la industria hablan de que una canción debe “engancharte” en los primeros segundos. Si no, pierdes la atención del escucha. Y así, metidos en un círculo vicioso, vamos haciendo a los escuchas más cerrados, y a los artistas más inmediatos. La única exigencia es que algo nos guste desde los primeros segundos porque si no cambiamos de tema. Se habla de democracia, pero yo más bien diría que es falta de apertura hacia a otras canciones, a otras músicas, a otras formas.

Cuando pienso en esto me pregunto cuánto nos estamos perdiendo. ¿De qué forma evolucionaría la música popular y comercial si se incentivara el escuchar con atención? ¿Qué pasa con la música que requiere más de una escucha? ¿A dónde va, dónde se queda? ¿Desaparecerá? No, siempre habrá un oído en busca de nuevos sonidos. Más bien tendríamos que aceptar que escuchar música no es para todos porque, así como hay personas intolerantes a la lactosa, hay personas cerradas a escuchar con atención alguna canción.