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Little Shop of Horrors: No empoderen a la hierba

Una planta misteriosa ayuda a salvar una florería de la quiebra con algo de sangre de por medio. Little Shop of Horrors es una película muy divertida, porque en niveles generales su bajo presupuesto y la rapidez con la que se rodó se hacen muy evidentes para el espectador.

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Una planta misteriosa ayuda a salvar una florería de la quiebra con algo de sangre de por medio. Little Shop of Horrors es una película muy divertida, porque en niveles generales su bajo presupuesto y la rapidez con la que se rodó se hacen muy evidentes para el espectador.

Por: Luis Bernal

corman shop of horrors

Antes de empezar con la basura habitual, me quiero disculpar por el abandono en el que dejé este espacio por razones variadas, pero bueno, estoy de vuelta y quise hacerlo hablando de tremenda película que logró dejar una semilla (literal) en el género del cine de terror y la comedia: Little Shop of Horrors (Roger Corman, 1960).

Resulta, queridos amigos y amigas que en una pequeña florería ubicada en el marginal barrio Skid Row, un desesperado Gravis Mushnick ve cómo el tarado de Seymour, su trabajador, echa a perder muchas de sus flores. Ante la atenta mirada de su otra trabajadora, Audrey y de los escasos clientes de la tienda, Mushnick toma la decisión de echar al pendejo de Seymour a la calle.

Tras unas delirantes conversaciones y gracias a la intervención de un cliente que tiene la particularidad de comer flores, Seymour consigue una segunda oportunidad de su jefe, al decirle que tiene un tipo de planta extraña que puede aumentar las visitas y los beneficios de la tienda. Tranquilos, amigos mariguanos, tranquilos. Seymour se lanza en chinga a su casa por la planta, donde se encuentra con su madre, una anciana hipocondríaca con una obsesión insana por el alcohol y los medicamentos, que no duda en chantajearlo para conseguir que haga lo que ella desea. Ya saben.

De vuelta en la tienda les muestra la pequeña planta que más bien parece una mezcla de semillas, lo cual la vuelve una especie desconocida por todos (incluyendo el tipo que come flores). La pequeña planta (llamada Audrey Junior, en honor a la compañera de trabajo de Seymour) no convence al señor Mushnick, pero al gustar al resto de personas presentes, decide que se quede en la tienda.

Lamentablemente la planta parece morirse y no hay nada que se pueda hacer para remediarlo, o eso pensaba, aquí viene lo bueno: Seymour se pica con una espina y la sangre que cae sobre la planta la mejora. Total, a partir de ese momento tiene la necesidad de ir alimentando su planta hasta quedarse sin sangre, en este tiempo la hermosa planta ha traído más clientes a la florería y ha hecho que su compañera Audrey se fije en él.

Con el tiempo y luego de algunas muertes peculiares, ahora Audrey Junior se ha vuelto un espécimen excepcional y atrae a gente de otras partes del mundo, hasta el punto que le van a conceder un premio a Seymour por su labor al criarla. Sin embargo las desapariciones de personas han alertado a la policía que ya está tras la pista del posible responsable.

Little Shop of Horrors es una película muy divertida, porque en niveles generales su bajo presupuesto y la rapidez con la que se rodó se hacen muy evidentes para el espectador. Sin embargo, algunos de sus diálogos son delirantes, especialmente los del señor Mushnick o las conversaciones entre los dos agentes de policía que investigan el caso. Los personajes son bastante tontos y planos en líneas generales, pero para compensarlo nos dan algunos bastantes atípicos como el sádico dentista, o el paciente masoquista (interpretado por un joven Jack Nicholson) que pese a aparecer pocos minutos, resultan muy extravagantes y cómicos. Si la van a ver que sea con un montón de papas fritas y cerveza para que todo valga la pena.

Best:

Esta película se considera una de las que se han filmado más rápidamente en la historia, pues el guión se escribió en una noche, y la película se rodó en tres días, haciendo una única grabación por escena, con tres cámaras distintas.