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COLUMNAS   

Musique de merde


Más ska en los colegios

A nadie se le puede decir qué sí y qué no escuchar de música, pero sí se le pueden mostrar diferentes opciones para escuchar y dejar que cada uno elija.

OPINIÓN

El año pasado, mientras recorría algunos lugares de Europa, pude constatar lo popular que se había vuelto el reguetón. Cuando menos lo imaginábamos este tipo de música se empezó a escuchar desde Rusia hasta Argentina; países del continente africano y de muchos rincones del mundo también fueron alcanzados por la fiebre del reguetón. Ya ni qué decir del continente americano donde prácticamente ha arrasado con todo y se ha adueñado de lo que ahora llaman “música urbana”.

Así como ha sido popular, también ha provocado una reacción de rechazo por parte de muchas personas, incluyendo músicos y artistas. Esto principalmente por las temáticas que abordan, donde el machismo, la misoginia y la violencia son elementos que identifican al menos al de corte más comercial, el más escuchado y conocido.

Anteriormente ya he mostrado mi postura, la cual culpa a los creadores y no al género en sí, es decir, la música no tiene la culpa de ser mala, sino quien la hace. Sin embargo, hay que reconocer que este género está llegando de forma masiva y sin filtro impactando a personas de diversas edades, de manera que este elemento, sin duda cultural, puede influir en la percepción de su entorno.

La semana pasada, algunas amistades me mandaron un video por inbox donde aparecían unos niños de un colegio brincando y bailando “One Step Beyond”, un tema de la banda inglesa Madness y probablemente el más popular de todo este género musical. Al principio no me llamó la atención de más, solo pensé que se trataba de un grupo tocando ante niños pero después encontré en la red una imagen de un niño llamado Martín, quien aparece con un cartel entre sus manos y la leyenda “Más ska en los colegios”, ese niño también sale en el video que me habían mandado por mensaje y , poniendo ahora sí mucha más atención, vi que era un proyecto que estaban gestando algunas bandas de ska y músicos en Colombia.

Los músicos que iniciaron este proyecto son Felipe Leyva, vocalista de La Urband, Álvaro Murcia, saxofonista de la misma banda, y David Trijillo, baterista de El Punto Ska. Ellos se dieron cuenta cómo el reguetón estaba impactando de forma directa en los niños y los colegios, así que comenzaron este proyecto llamado en su inicio “Menos reguetón y más ska en los colegios”.

El proyecto inició en el colegio donde estudia el hijo de Jesús y de lo que trata es de llevar músicos a diversos colegios para tocar algunos temas clásicos de ska para que los niños conozcan otra opción musical. Como era de esperarse, mucha gente no conoce el género, así que cuando ellos dijeron al director del colegio lo que querían hacer, éste no conocía el ritmo, los niños tampoco, así que primero mostraron audios y una vez que fue aprobado el proyecto, formaron una banda que pudiera tocar para los pequeños.

Cuando comenzaron a tocar, la primer reacción que vieron es que los niños automáticamente se abrazaban y comenzaban a brincar y bailar, la música les producía felicidad, los maestros y directivos se dieron cuenta de esto también y avalaron el proyecto. Además de que, a una semana de haber sido lanzado este proyecto, el video que grabaron de esa primera intervención con los alumnos se volvió viral y ha sido compartido por miles de personas en la red.

Sin embargo hubo personas que estuvieron en contra de la idea original, mencionando que no se puede prohibir ningún tipo de música a nadie, incluyendo el reguetón, y tienen razón. Así que decidieron quitar esa parte y ahora el proyecto solo se llama “Más ska en los colegios” y es parte de una iniciativa de músicos colombianos que han hecho otras actividades buscando difundir la cultura de este género musical nacido en Jamaica.

El impacto ha sido tal que varios colegios han pedido que estos músicos vayan a sus escuelas con este proyecto. Y es que, aparte de ofrecerles una opción musical más a los pequeños y jóvenes, de permitirles la experiencia de escuchar a una banda tocando en vivo, cosa que puede marcar a algunos, también aprovechan para darles a conocer de qué se trata este tipo de música con la idea de crear un público más nutrido y con conocimiento que guste del ska.

Es cierto, a nadie se le puede decir qué sí y qué no escuchar de música, pero sí se le pueden mostrar diferentes opciones para escuchar y dejar que cada uno elija, pero no solo en base a lo más popular y conocido, sino en una serie de propuestas que pueden ser incluso más ricas en contenido. Al final de eso se trata, de difundir la música.