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Musique de merde


El otro rock regio

No es extraño que los jóvenes quieran romper con el pasado, sobre todo si este actúa como el hermano mayor del cual solo le están recordando sus aciertos y logros, pero no los errores.

OPINIÓN

Hace poco me encontré en la red con un playlist de bandas regiomontanas llamado “No somos avanzada”. Me llamó la atención el título e indagué que se trataba de una especie de colectivo formado por grupos jóvenes buscando crear y generar su propio camino. Es clara la connotación en su nombre sobre la llamada Avanzada Regia, un fenómeno comercial y social que puso a bandas de Monterrey, como Control Machete, Jumbo, Plastilina Mosh o El Gran Silencio, en el reflector nacional e internacional. Estas bandas fueron las primeras de esta ciudad en lograr un éxito en la industria llamando la atención de todo un continente.

Sin embargo, esta connotación es de ruptura para con ese “movimiento”. No es la primera vez que me encuentro esta idea de romper con el pasado musical de la ciudad entre las bandas jóvenes. Me ha tocado entrevistar a varias de ellas y es notoria la poca identificación que tienen con los grupos que les preceden al grado de tomar distancia. Mencionan que no sienten cercanía ni relación con las bandas que formaron parte de esta “Avanzada”, movimiento que ocurrió entre la segunda mitad de los 90 y la primera de los dosmiles.

No es tampoco extraño que los jóvenes quieran romper con el pasado, sobre todo si este actúa como el hermano mayor del cual solo le están recordando sus aciertos y logros, pero no los errores. A cualquiera termina molestándole que todo el tiempo le estén recordando lo que el otro hermano hizo.

Ocurre entonces que nuestra historia musical se fragmenta y se separa: los de ahora no quieren relacionarse con el pasado, mucho menos se verán como una consecuencia de las bandas anteriores. Estas bandas adultas no sienten cercanía y tampoco se encuentran en las jóvenes. Pero no solo ahí, sino que esto viene ocurriendo desde los sesentas hasta la actualidad, por momentos más, por momentos menos.

Hemos estancado al rock en Monterrey con los grupos que han sido un éxito comercial: Genitallica, Kinky, Volován, Inspector, más los antes mencionados y el caso especial de Cabrito Vudú, como si en ello se resumiera el rock regio sin ver que nuestro rock es mucho más amplio. Hay bandas que ya no existen y que fueron importantes para el desarrollo de este género en la ciudad, y hay otras activas hoy en día que, aunque no tengan un público nutrido, no dejan de ser parte de la historia musical de esta ciudad.

Existe el otro rock regio, el que por alguna razón no llegó a los reflectores comerciales, pero que son parte clave de la evolución. Pensar que cada ciclo, época o movimiento ha funcionado de manera independiente es equivocado. Cada uno de los momentos musicales en la ciudad, está relacionado de alguna forma con el pasado, ya sea por lo hecho o lo que se dejó de hacer.

El rock regio no solo son Jumbo, Control, Inspector o El Gran Silencio; también son Los Brujos, Los Jets, El Amor, Banda Macho, La Tribu, Los Rockets, Quo Vadis,Los Reno y hasta Vianey Valdéz. Dunas, Raxé, Niña Violeta, Crazy Lazzy, Phases Warning y Acarniénses, además de Códice, en el rock progresivo.

Luego vinieron Koervos de Malta, Prófuga del Metate, Alebrijes, La última de Lucas, Pasto, Mamíferos Habituales, Sin Autorización, Mente Indígena, Doña Bárbara, Pulsión, La Flor de Lingo, Skaterrestres, Ruido Norte y Bamboo, la primera banda completamente de reggae en Monterrey. La escena indie con su banda emblemática Niña y los que formaron Happy Fi, Yo Linares, Pijama Party y Bam Bam, entre otros.

En el punk no podemos dejar fuera a Disolución Social, Madriza Salvaje, Derechos Humanos y Cabezas Podridas, como tampoco podemos olvidar lo sucedido en unos años gloriosos de Los Días de Colectividad ni la alguna vez fuerte escena de metal.

Pero el rock regio también lo conforman los sonidos actuales como Mississippi Queens, Buffalo Blanco, Pirámides, Primavera Club, Pequeño Fénix, Los Mundos, Siskodélicos, Era de Oro y muchos otros que continúan una cadena que aún no se ha roto del todo.

Este es el otro rock regio, el que también forma parte de la historia, nuestra propia historia de rock, la que nos guste o no, nos ha dado identidad y espacios para sonar y la que está relacionada entre sí mucho más de lo que creemos.

Tecladista y compositor del grupo Inspector. Periodista cultural. Ha escrito para medios como La Rocka, ABC y Zona de Obras. Es director de La Zona Sucia.

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